Basta de conformarse con la posibilidad

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Escuché en un programa de la televisión, donde entrevistaban a un joven músico, cuando dijo: nosotros que hemos tenido la posibilidad de viajar. Y entonces reflexioné sobre algo tan habitual, como que, para los cubanos viajar y otras muchas cosas es solo una posibilidad.

Y posibilidad es la capacidad o la opción de hacer algo posible, indica una circunstancia que puede ocurrir, pero lleva implícita la duda, posibilidad y probabilidad son sinónimas y contienen ambas la incertidumbre.

Como sabemos las leyes migratorias cubanas son excepcionales desde hace medio siglo. Los trámites que debe realizar cualquier cubano que quiera salir de país, son bien serpenteados:

1- requisito obligatorio es poseer una carta de invitación, cuyo precio va entre los 150 y 200 pesos convertibles (CUC), en equivalencia al dólar americano y al euro.

2- sacar el pasaporte, con un costo de unos 55 CUC.

3- solicitar el permiso de salida o “carta blanca”, y su importe es de 150 CUC.

4- pagar un chequeo médico (en caso de abandono definitivo del país y sobre todo a Estados Unidos), que cuesta alrededor de 400 CUC.

5- los impuestos de salidas o “pase a bordo”, (que deben ser abonados en el aeropuerto) de 25 CUC.

Estos son solo los trámites en la oficina de Inmigración y Extranjería, a esto se le suman otros gastos, como inscripciones de nacimientos, partidas de matrimonio o divorcio, antecedentes penales, bajas militares, documentos de las Oficinas de Viviendas, etc., según el tipo de salida, si es o no, con carácter definitivo.

Por lo regular la duración de las gestiones burocráticas tardan más de lo debido y esto obliga a los cubanos impacientes por salir del país, a hacer ciertos “regalitos” monetarios a los empleados de estas oficinas para acelerar sus diligencias. La aprobación, ya sea para visitar a sus familiares, o por viaje de turismo, está sujeta al criterio de las autoridades migratorias. Por lo que dicha respuesta no siempre es positiva.

El Estado dice estar trabajando en la flexibilización de la actual política migratoria que impide a los ciudadanos salir libremente de la isla. Sin embargo nada objetivo se plantea aún al respecto, siendo esta una de las reformas más ansiadas por la población.

El diputado Luis Morlote expresó:

(…) antes de presentar cualquier propuesta, la Asamblea Nacional debe analizar primero el impacto, las condiciones y el contexto de los cambios del modelo migratorio vigente desde hace cincuenta años (…) La propuesta está en análisis por la complejidad del tema, ya que no estamos hablando de cualquier país (…)

A esto le siguió el tema del al Ley de ajuste cubano de los Estados Unidos, que permite a cubanos obtener la residencia si pisan suelo norteamericano, habló del robo de cerebro y remató con que los cubanos emigran mayormente por razones económicas y no políticas. Sin embargo pese a sus pretextos, no descartan un éxodo masivo.

Ellos demoran en cambiar sus leyes, porque el éxodo masivo es una posibilidad, como lo ha sido y sigue siendo hasta hoy para todos los cubanos el derecho a viajar, por la razón que sea y hacia donde sea.

Todo es un juego de posibilidades. Que Cuba cambie ha de ser un hecho, basta de conformarse con la posibilidad.