Alfredo Fernández
HAVANA TIMES — Pocos artistas dentro de la historia de la música cubana han tenido un doble reto tan grande como el de Samuel Formell. Quizás otro músico puesto a prueba, en su momento, por el destino fue el trompetista Chapotín, cuando se quedó al frente del conjunto del gran Arsenio Rodríguez debido al viaje de éste a los Estados Unidos para operarse de la ceguera. Pero igual, ya el sonido del conjunto estaba establecido y muchos de los temas a interpretar fueron preparados previamente por Arsenio, luego, el maestro de Guira de Macurije se incorporó a su conjunto decepcionado con la vida pues su falta de visión era irremediable.
Era 1993 cuando Samuel Formell asumía su primera prueba de fuego en la orquesta Los Van Van que dirigía su padre desde 1969, debía de sustituir a un insustituible, José Luis Quintana, alias Changuito, considerado por más de un prestigioso músico cubano como “El Rey del Timbal”. Entonces las alarmas de algunos suspicaces se dispararon y dijeron “nepotismo”, bastó que saliera el primer disco donde trabajaba de manera oficial Samuel Formell junto a músicos de nuevo ingreso a la orquesta como; Mayito Rivera, Angelito Bonne y Jorge Leliebre y todo quedó aclarado. Van Van cambiaba para mejor, para seguir demostrando que era una institución capaz de renovarse y ponerse a tono con los tiempos que corrían.
Con el pasar del tiempo Juan Formell presentaba a su hijo Samuel en los más disímiles foros como su heredero en la dirección de la orquesta, que si bien éste ya no dejaba duda a nadie al interpretar el timbal, si la despertaba entre muchos –me incluyo- en cuanto a la dirección de la mejor orquesta de música bailable cubana de los últimos cincuenta años, parecía que el puesto esta vez le iba a quedar grande al hijo de Formell.
“La Fantasía” se llama el fonograma y resulta desde ya un disco de culto dentro de la discografía de la orquesta, con la consagración de Mandy como el cantante principal de la orquesta, cubriendo con creces el vacío dejado por Mayito Rivera, algo que parecía imposible, pero así es Van Van una orquesta a prueba de iceberg.
Este trabajo discográfico recuerda por momentos el sonido de la orquesta de los años noventas, sobre todo al gran disco “Van Van Is here” del año 1997 que fuera galardonado con un premio Granmy de la academia. Ahora Van Van aparece con un estilo renovado en los coros de los temas, impresionante Mandy en el tema central “La Fantasia”, tremenda bomba del Lele en “Botálo y guárdalo”, así como un derroche de cubanía de Robertón en “Somos diferentes”.
En fin, Samuel Formell sale airoso de su segundo gran reto como artista, Dios bendiga a los Van Van en este nuevo camino que toma con “La Fantasia”, un disco para Granmy.
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