Lo conocí chateando

Alfredo Fernández

Lo conocí chateando, es un a expresión que en la Cuba actual es muy fácil de escuchar a diario.

Difícil de conocer el número de personas que desesperadas por realizar cuanto antes una vida digna, hacen uso del poco Internet que pueden acceder para establecer una relación “amorosa” con un extranjero, y así obtener derechos y beneficios materiales, que en Cuba serían imposibles de alcanzar por la vía laboral.

El hecho de viajar a otro país, aquí requiere de un permiso de salida del gobierno cubano, pero luego de obtener el permiso, entonces ¿cómo pagar el pasaje hacia ese país?

Ante las adversas situaciones acabadas de ilustrar, la figura de el, o la “Yuma,” o sea extranjero, deviene solucionador del problema, el, o la “Yuma,” como portador o portadora de derechos humanos vedados al cubano.

Toda vez consumado el matrimonio -con un extranjero-, se abrirán puertas con verdaderas oportunidades, así, el beneficiado por el amor de allende de los mares, podrá, obtener un PRE, abreviatura de Permiso de Residencia en el Exterior, (un amigo en broma, suele expresar que el PRE era una abreviatura de Premio).

El PRE al permitir a la persona que lo posea residir en el exterior, evita que esta no pierda sus propiedades en Cuba, durante el tiempo que resida fuera del país, también esta puede regresar a Cuba cuando lo desee y permanecer el tiempo que estime conveniente.

Chatear para establecer una relación con un extranjero que termine en un matrimonio liberador de los “no derechos” que día a día se viven en Cuba, es hoy tarea de muchos.

Pero ¿dónde puede chatear un cubano?

En su centro de trabajo, en esa frecuente mañana en que el jefe “está para una reunión muy importante,” o en los hoteles con acceso a Internet, o en las casas particulares donde algunas personas se las han agenciado para hacer un “Café Internet” (obviamente ilegal) sólo para conocidos y mucho más barato que en los hoteles.

El chat, es quizás el anzuelo más usado en la Cuba actual, a la hora de “pescar un Yuma,” como vía de acceso expedito a un destino, a no dudar, más digno.