La suerte de los cubanos de no tener “WhatsApp”

Alfredo Fernández

HAVANA TIMES, 14 feb — “El que no tenga WhatsApp está tecnológicamente atrás,” expresa sin dudar un artículo de la revista “El país semanal” de la última semana de enero de este año.

Los cubanos de la isla somos un verdadero ejemplo de desapego por la tecnología, somos algo así como una especie en extinción, pues a nosotros sí que no nos interesa conectarnos a internet, tampoco prácticamente usamos la telefonía celular, a no ser que necesitemos enviar un SMS o para que luego de timbrar nuestro móvil, llamemos desde un teléfono fijo a quien nos localiza.

Pocos pobladores del planeta tienen la “suerte” de nosotros los cubanos de constar con unos dirigentes que tan celosamente “nos protegen de los inmensos peligros” de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC).

Por esto, sería injusto olvidar que “nuestro queridísimo” ex ministro de Informática y las Comunicaciones Ramiro Valdés, en una ocasión expresó la ya célebre frase de que: “Internet es un caballo salvaje que hay que domar.”

Todo lo anterior me “enorgullece” como también me hace “agradecerle” a tan octogenarios y “visionarios” dirigentes el mantenerme al margen de servicios que “esclavizan a los seres humanos,” y esto más aún, si sucede en contra de todos los pronósticos de la posmodernidad.

Cuba y “la hermana Republica Democrática de Corea del Norte” son dos países con “la inmensa suerte” de que sus dirigentes hayan librado a sus respectivos pueblos de la “casi esclavitud” que representan el uso de las NTIC, esclavitud que por demás invade a buena parte del resto de los habitantes del planeta.

Un breve ejemplo de esta “esclavitud” es el incremento en el uso de una aplicación como WhatsApp. Éste es un servicio de mensajería gratis que invariablemente para su uso se hace necesario un teléfono inteligente -Smart phone-.

Enviar un mensaje mediante la aplicación WhatsApp requiere de acceder a Internet para mediante la Red, escribir  a la, o las personas con que se desea contactar. Y repito, todos los mensajes enviados por Whatsapp son absolutamente gratis.

Tal es el uso de tan “esclavizante aplicación” que ya cuenta con cientos de millones de usuarios (o mejor dicho, esclavos) en todo el mundo.

Los once millones de cubanos con “nuestro” tan sui generis “desapego por la tecnología” a que “sabiamente hemos sido guiados por nuestros dirigentes,” no sólo desconocemos  la ventajas  del uso de un servicio como Whatsapp, sino que también al ser guiados por  “unas manos tan sabias hacia semejante desapego,” hemos resuelto un grandísimo problema.

Pues todo, absolutamente todo el dinero que obtenemos, nada más caer en nuestras manos y ya estamos pensando gastarlo en comida, y muy rara, pero en muy rara vez, en esas “estúpidas y muy capitalistas” NTIC.