Poniendo nombre al estatus quo en Cuba

Yenisel Rodríguez Pérez

HAVANA TIMES, 14 feb — Me parece acertado el criterio político que evita obtener o extraer conclusiones a partir de datos parciales, reducidos o pertenecientes a un ámbito distinto de aquel al que se aplican. No creo, por ejemplo, que la situación política en Cuba pueda ser sintetizada en el término “Estalinismo”.

No obstante, lo anteriormente expuesto no debe hacernos creer que el error esté en el hecho mismo de nombrar. El error se encuentra en seleccionar precipitadamente el nombre que referirá las características más representativas del estatus quo que rige hoy en Cuba.

Ya desde sus funciones comunicativas básicas la acción nombrar toma importancia política. A través de ella podemos expresar nuestro posicionamiento político con máxima inmediatez.

Precisamos con la fugacidad de un rayo nuestro origen social, nuestros intereses y aspiraciones más imperiosas. Algo que se hace efectivo en circunstancias precisas dónde lo importante es definir y reconocer los posicionamientos políticos de los implicados, y no desplegar un análisis profundo.

Conocemos los poderes políticos que posee la acción de nombrar. Es algo a lo que recurrimos cotidianamente. Se hace notable que existan criterios desacertados que cuestionan la utilización de esta arma política.

Hablo sobre todo de esos que inoportunamente hacen petición de profundidad analítica en momentos donde las circunstancias exigen la explicitación de posicionamientos, valoraciones o significados a través de un nombre.

Lo más triste del caso es que cuando buscamos las razones que explican dicho comportamiento, descubrimos, no sin dejar de entristecernos cuando se trata de compañeros de causa, ciertas complicidades inconscientes con los poderosos. ¿Cuántas veces hemos sido cuestionados al emitir una valoración sintética sobre el estatus quo en nuestro país.

Por ejemplo, si planteamos a rajatabla que la policía en Cuba abusa de poder, inmediatamente los “antinominalistas” comenzarán a explicar que dicho abuso de poder es de baja intensidad comparado con el que experimenta el resto de Latinoamérica.

Si damos el nombre de Estalinismo a lo que sucede en Cuba, nos esclarecerán que el socialismo real de Cuba no es calco del que existió en la extinta URRS.

Todos criterios verdaderos, pero no propicios cuando se plantean en contextos de confrontación y posicionamiento unilateral; máxime cuando sabemos de sobremanera que esos mismos que ahora nos exigen profundidad analítica, no titubean cuando, ya en contextos de pueblo y serranía, deciden llamar barbarie al arte popular o lanzan un puño furioso a los policías de esquina por vestirse con la estética del marginado o del pobre.

Como todo, los nombres cumplen su función contextualmente. Debemos por tanto defender la utilidad política de nombrar todo aquello que nos domina y niega, sobre todo cuando las circunstancias así lo exijan.

No tenemos que esperar que las razones se diluciden el edén de los argumentos eruditos y consecuentes. Defender el nombre que hayamos elegido, sobre todo cuando nos veamos cuestionados de mala fe por aquel  que reconoce padres y madres en los discursos opresivos.

Ése que ya fuera de sus complicidades ocultas no vacilaría en invitarnos a nombrar decenas de infiernos para el “populacho”.

-en Cuba lo que gobierna es el COJONISMO-

Así definió la abuela de un amigo al régimen que gobierna en Cuba. Estábamos en una fiesta.

El comentario nos pareció magistral, al igual que ese que entonan las juventudes latinoamericanas cuando arremeten contra los rompehuelgas del gobierno: “Abajo la DICTADURA

Yenisel Rodriguez

Yenisel Rodriguez Perez: He vivido siempre en Cuba, con la excepción de varios meses del 2013 cuando estuve con mi padre en Miami. A pesar de las noventa millas que separan a una ciudad de otra, en ambos sitios encuentro motivos profundos para asumir una militancia política y popular. Mi encuentro con la Antropología Sociocultural hace 8 años atrás, me ha alistado en el compromiso de amor a la diversidad cultural.

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3 thoughts on “Poniendo nombre al estatus quo en Cuba

  • Las abuelas siempre tan sabias. Es el mejor termino que he oido.

  • Y ya que habla de poner nombres, puede el autor de este artículo poner nombre a quién se lo dedica? Habla de “compañeros de causa” y de “ciertas complicidades inconscientes con los poderosos”…retórica muy parecida a la del gobierno y sus defensores parlanchines como Ubieta …que diga quién y que le incomodó pues, que sepamos , de su entorno sólo Pedro Campos habla de estalinismo..o no?¡¡

  • Dictadura Nepótica

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