Hershey: el Comala Cubano

Alfredo Fernández Rodríguez

En la novela “Pedro Paramo” del escritor mexicano Juan Rulfo, Comala es un pueblo donde todos están muertos.  Hoy la realidad cubana de un pueblo a 28 millas al este de La Habana supera cualquier ficción.

Basta con caminar las calles del antiguo poblado de Hershey, hoy Camilo Cienfuegos, para a cada paso encontrar en las casas (a semejanza del Hershey Town de Pennsylvania, Chocolate City) deterioradas un pasado tan prospero como lujoso.

Incluso los que no conocieron a Mr. Hershey lo nombran con respecto en gratitud a su glorioso paso por Cuba de 1916-1946, donde construyó no solo una de las industrias azucareras más prósperas que haya tenido la isla en todas las épocas.

Sino también una planta de aceite de maní, una planta de henequén y 251 kilómetros de vías férreas donde los trenes eran movidos (aún hoy lo hacen) por electricidad.  Con el triunfo revolucionario el central y su batey* fueron rebautizados con el nombre del Comandante “Camilo Cienfuegos.”

Luego de caminar el pueblo y conversar con ancianos que se ufanan de haber sido toda su vida trabajadores azucareros, al tiempo que de su rostro se les escapa una fuerte tristeza cuando miran al central (de cualquier lugar del pueblo se ve) que día a día se convierte en chatarra.

El pueblo se deteriora junto al central y ambos juntos a sus habitantes añoran un pasado de esplendor ya remoto, el sin sentido hace que sus habitantes parezcan personas muertas como las de Comala.

La no existencia de la zafra azucarera lo ha dejado sin sentido.  Sin embargo, hoy no sólo la azúcar vuelve ha tener excelentes precios en el mercado mundial, sino también los derivados de la caña de azúcar.

El presente del pueblo de Hershey o Camilo Cienfuegos (llámele como usted desee) desacredita tanto al pragmatismo del magnate de los chocolates Mr. Hershey, como a la alegría inveterada del “Señor de la Vanguardia” Camilo Cienfuegos.

*Poblado alrededor del central. Generalmente integrado por trabajadores del mismo.