Isidro Benítez, un músico cubano en América del sur

Elio Delgado Legón

Isidro Benítez: El Elegante de la música cubana.

HAVANA TIMES – La obra de Isidro Benítez, músico, director de orquesta y compositor, (ya fallecido) es más conocida en América del Sur que en Cuba, de donde tuvo que emigrar en 1926 debido al racismo imperante en esa época, pues por ser negro no le daban la posibilidad de actuar en los lugares en los que por su calidad como artista debía ser acogido.

Aunque éramos del mismo pueblo: Santo Domingo, en la provincia de Villa Clara, no conocí a Isidro Benítez hasta 1973, cuando por razones de estudios tuve que viajar a Santiago de Chile, donde vivía él.

Me recibió como a un viejo conocido y me llenó de preguntas sobre su familia, su pueblo, la situación en Cuba, en fin, quería saberlo todo.

Lo visité dos veces, pero siempre con poco tiempo disponible, por lo que no me fue posible hacerle una entrevista en la que me hablara de su historia y de su obra. La dejamos para más adelante, pero nos sorprendió el golpe de estado fascista, la muerte de Salvador Allende y mi salida precipitada del país. No obstante, me habló de muchas cosas que aún recuerdo.

Me mostró algunos diplomas o certificados entre los que sobresalían la denominación como El Duke Ellington de América del Sur por la maestría en la interpretación del jazz de ese virtuoso artista norteamericano con el que mantuvo una entrañable amistad y larga relación de trabajo profesional; y también la calificación de ser Introductor de la Música Cubana en  Sudamérica.”

Algo que mostraba con especial orgullo era la condecoración recibida del Estado Cubano en 1950, con la Orden Carlos Manuel de Céspedes, en la categoría de “Caballero,” por sus méritos y servicios a la Patria como brillante compositor y director de orquesta.

Era un ferviente admirador y defensor del presidente Salvador Allende y se mostraba muy entusiasmado cuando hablaba de los cambios que habían ocurrido en Cuba después de 1959 y lo que se había logrado desde que en 1958 él estuvo en su Patria y se fue muy decepcionado por el racismo aún imperante y la situación política y económica del país.

La historia de Isidro es larga, pero sólo contaré algunos pasajes de su vida, por razones de espacio.

En gira por varios países de América del Sur, Isidro Benítez y su orquesta latinoamericana deleitaron a los bailadores con los ritmos cubanos.

Isidro nació el 15 de mayo del año 1900,  Desde pequeño, con ocho años de edad, mostró habilidades sobresalientes para la música, razón que inspiró a su madre a incorporarlo a la academia de ese arte, recién constituida en su pueblo natal.

Meses más tarde ingresó en la primera banda  infantil del municipio. Su progreso no se hizo esperar, interpretaba con muestras de maestría el flautín, la flauta, el clarinete y el saxofón, algo no visto en esa época.

En 1923, convertido ya en músico y sin rebasar aun los 23 años de edad, se trasladó a La Habana en busca de posibilidades de trabajo y desarrollo profesional que le permitiera contribuir al sostenimiento de su familia.

Durante su permanencia en la capital concluyo sus estudios de bachillerato, y para subsistir laboró al mismo tiempo como sastre, mientras en las noches y fines de semana realizaba su actividad musical en conjuntos y orquestas populares en los años 1924 a 1926.

El 22 de noviembre de 1926 salió Isidro Benítez de La Habana, rumbo a Santiago de Chile, al frente de la agrupación “Los negros cubanos”, contratados para la inauguración del centro de recreación Roof Garden situado en los altos del Cerro San Cristóbal en la capital chilena.

Argentina, Brasil, Perú, Bolivia, Uruguay y el resto de los países del Cono Sur, fueron las primeras plazas de presentación de “Los Negros Cubanos”, bajo la dirección de Isidro Benítez.

Durante la década  de 1930 se estableció temporalmente en Buenos Aires para cumplir compromisos en los principales teatros de esa capital como director musical de Josephine Baker,  y de la Célebre Mistinguett y su Compañía del Gran Casino de Paris.

El ritmo Manaké, creado por Isidro Benítez, alcanzó gran popularidad en Chile y Argentina en la década de 1950.

La radio también reclamó la presencia de Isidro con su gran orquesta. Era la época de oro del jazz y la prensa especializada le había otorgado, el sobrenombre de EL DUKE ELLINGTON DE AMERICA DEL SUR por la maestría y buen gusto con que interpretaba este género musical, principalmente las composiciones del virtuoso artista norteamericano.

Isidro Benítez, caracterizado como un popular  show-man, entregó momentos de alegría y esparcimiento a su público por casi 60 años; sin embargo, hasta el día de su muerte sufrió la nostalgia que lo acompañó siempre desde que salió de Cuba dejando atrás a familiares queridos y amigos de la infancia y juventud.

En una carta a su hermano Aniceto le expresaba: “aunque sería ingrato de mi parte no decir que la he pasado maravillosamente bien todos estos años de “nómada”, de todos modos siento haberme alejado tanto tiempo de mi tierra, pues jamás ha pasado un instante sin pensar en mi pueblo querido y lo que me apena más es que no pude lograr afianzarme allí como lo hacía aquí en Sudamérica, a causa de “los blancos” que ahora, (maldecidos mil veces por mi) andan despatriados, regados por ahí añorando como yo a nuestra Cuba bella”.

El 25 de agosto de 1985, en la capital chilena, su segunda patria, dejó de existir físicamente el brillante compositor y director de orquesta Isidro Benítez, soñando aún con volver a su tierra natal, la que tuvo que abandonar por culpa de los prejuicios raciales, que afortunadamente ya hoy no existen.

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