Llegó a Cuba la plataforma de petróleo

Fernando Ravsberg

La fabricación de la plataforma no es la única ayuda de Pekín, desde hace años especialistas chinos trabajan en Cuba en la extracción de petróleo. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES, 20 ene — La plataforma petrolera china llegó ayer a aguas cubanas y puede verse  desde el malecón habanero. Viene de la mano de la compañía española Repsol, que será la primera aunque no la única, en perforar para confirmar la exactitud de sus prospecciones anteriores.

Washington ya la inspeccionó verificando que respeta las normas internacionales de seguridad y las del Embargo Económico, que limitan el uso de piezas estadounidenses en la construcción de cualquier equipo que se le venda a La Habana.

Esta imposición multiplicó los gastos, fue necesario hacer una plataforma especial para Cuba. Sin embargo, eso no detuvo a Repsol que confía hallar grandes depósitos de petróleo y gas, confirmados incluso por los geólogos de EEUU.

La isla cuenta con 112 000 km2 de Zona de Exclusión Económica en el Caribe que fue parcelada en 59 bloques y entregados a diferentes compañías petroleras interesadas en realizar la prospección corriendo con todos los riesgos.

Las reservas probables

Según un estudio del Servicio Geológico de los EEUU (USGS), las reservas de Cuba en su zona del Golfo serían de 4.6 billones de barriles de petróleo, 10 trillones de pies cúbicos de gas natural y 0.9 billones de barriles de gas natural líquido.

Sin embargo, los especialistas cubanos afirman que en realidad hay 5 veces más de lo que reconocen los estadounidenses. Semejantes cifras despertaron el apetito de varias empresas, que ya llevan años haciendo prospecciones.

Los contratos con Cuba son a riesgo, es decir que las petroleras pagan de su bolsillo la búsqueda en alta mar pero, en caso de que aparezca crudo y gas, asumen la explotación del yacimiento y se convierten en dueñas de la mitad de las reservas.

Los trabajos en aguas cubanas son complejos, se perfora a 1700 m de profundidad enfrentando corrientes marinas tan fuertes como las tormentas políticas que se despertaron en Miami al enterarse de que Cuba extraería petróleo en el estrecho de La Florida.

Acusaciones desde Miami

El polo petroquímico que Venezuela construye en el centro de la isla es una inversión idónea para la refinación del petróleo que salga del golfo. Foto: Raquel Pérez

La primera reacción de los exiliados fue dar un ultimátum a Repsol. Encabezados por la Representante Republicana de Miami, la cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, 34 legisladores federales exigieron que se abandone el proyecto.

Aseguraron que encontrar petróleo solo servirá para “financiar el aparato represivo”, agregaron que el gobierno cubano busca “una cuerda de salvamento económica” y acusaron a REPSOL de ser “un asociado dispuesto a rescatarlo”.

Rafael Arias, director de la empresa cubana de petróleo, respondió que esto muestra “la extraterritorialidad del bloqueo, las prohibiciones existentes en el Congreso y las presiones y chantajes que ejerce la administración norteamericana para coartar o impedir que otros países o compañías hagan negocios con Cuba”.

La negociación

Finalmente, Washington optó por el diálogo y Repsol aceptó que funcionarios estadounidenses inspeccionaran la plataforma. La abordaron en Trinidad y Tobago porque Cuba no les permite hacerlo en sus aguas territoriales.

Los inspectores dieron el visto bueno, la construcción de la plataforma fue pensada para lidiar con las reticencias de La Casa Blanca y Miami, el sistema de seguridad es estadounidense y representa menos del 10% del total, respetando así las restricciones del Embargo Económico.

Por su parte la administración Obama otorgó licencias a sus empresas para “desplegar maquinaria de recoger petróleo, dispersantes, bombas y otros equipos y abastecimientos necesarios para minimizar el daño ambiental en el caso de un derrame”.

La zona de exclusión económica le otorga a Cuba el monopolio para la explotación de petróleo en 122 000 km2 de aguas del Golfo. Foto: Raquel Pérez

La zona de exclusión económica le otorga a Cuba el monopolio para la explotación de petróleo en 122 000 km2 de aguas del Golfo. Foto: Raquel Pérez

Gracias a estas licencias, empresas especializadas podrían llegar a la zona a combatir un derrame en apenas unas horas, si se produjera un accidente similar al sufrido hace 2 años por EEUU en una plataforma del Golfo de México.

Las consecuencias

Las autoridades cubanas le están dando un bajo perfil informativo al asunto, aparentemente no quieren incrementar la presión sobre el Presidente Barack Obama, quien hasta ahora ha manejado el tema con bastante pragmatismo.

Tampoco les interesa generar demasiada expectación interna, “ya tu nos conoces, sabes que si decimos que encontramos petróleo muchos van a pensar que ya no hay por qué trabajar ni necesidad de ahorrar.”, me explica un funcionario de gobierno.

Ciertamente el hallazgo de importantes reservas de petróleo y gas pueden cambiar totalmente el escenario cubano. Un informe de la Embajada de España asegura que “las consecuencias favorables para Cuba se empezarían a sentir desde ese momento y podrían ser de gran alcance”.

Podrían cambiar inclusive las relaciones con EEUU, que difícilmente aceptará quedarse sin un trozo de pastel, especialmente respecto a unas reservas de gas que reducirían los costos energéticos de algunos estados del sur. El único obstáculo es el Embargo Económico.

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