La vaca prodigiosa de Cuba y sus hermanas hambreadas

Fernando Ravsberg*

HAVANA TIMES — Acabo de deleitarme con el documental de Enrique Colina sobre la vaca Ubre Blanca, la recordista cubana que produjo en un solo día más de 110 litros de leche. Fue un animal tan prodigioso que desplazó a un segundo plano a la mejor lechera del imperio.

Dadas las implicaciones político-ideológicas del hecho, Ubre fue protegida de posibles atentados por fuertes medidas de seguridad. Se estableció un control en la entrada de la vaquería y solo podían pasar las personas autorizadas, cuyos nombres figuraban en una lista.

Sin embargo, la vaca prodigiosa fue visitada por casi todos los políticos extranjeros que llegaban a Cuba. Incluso a uno de sus ordeños se invitó 26 periodistas extranjeros para que informaran al mundo sobre los resultados del desarrollo ganadero cubano.

Los mimos de los guajiros a la vaca eran tales que en ocasiones la alimentaban con naranjas pero la prensa cubana aseguraba que aquellos ordeños descomunales no eran más que la punta del iceberg en un país que producía 1 millón de litros de leche diarios.

El asunto tomó tanto vuelo que los vaqueros tenían la obligación de informar cada día a la máxima dirección del país sobre los resultados lecheros de Ubre Blanca. Y se decía que, en menos de un año, Cuba se convertiría en un país exportador de carne a Europa.

Muere la ganadería de Cuba

Poco después abro el periódico del Partido Comunista y uno de sus artículos me devuelve, de un solo golpe, a la realidad. Informan que el pasado año en la provincia de Villa Clara, murieron de hambre y sed más de 18 mil cabezas de ganado y otras 5 mil fueron robadas.

La prensa cubana aseguraba que Cuba producía 1 millón de litros de leche diarios.

La mayoría de esas vacas y terneros murieron por “la carencia de una estrategia capaz de garantizar la alimentación de los vacunos en la etapa de sequía”. Y los colegas del Granma agregan que además hay un número indeterminado de reses “faltantes”, animales que simplemente desaparecieron.

Dicen en Cuba que el sacrificio ilegal de una vaca cuesta 20 años de cárcel, si eso es cierto entonces a los directivos de la agricultura les tocaría unos 400 mil años de prisión por la mortandad que provocó su falta de estrategia alimentaria durante el pasado año.

Sin embargo, en vez de entregarse a la justicia, desvían el tiro hacia los campesinos insinuando que estos utilizan el pienso de las vacas para engordar a sus cerdos y criar las aves de corral, aunque reconocen que semejante acusación es algo que “pocos han podido demostrar”.

Lo que sí está demostrado por un estudio realizado por los propios especialistas de la Delegación Provincial de la Agricultura en Villa Clara es que “la falta de agua, caña y king grass, constituye la causa fundamental del 60 % de los fallecimientos en el territorio”.

El asunto no es nuevo, en 2011 se dejaran de entregar “30 millones de litros de leche, hecho que obligó al Estado a erogar 14 millones de dólares adicionales, a fin de adquirir la leche en polvo que necesita el país”, según informa el más oficial de los periódicos cubanos.

La ganadería cubana está inmersa en un caos en el que se mueren de hambre y sed decenas de miles de vacas cada año.

Si para subsanar un desastre económico se repiten los mismos esquemas, se utilizan los mismos métodos y se mantiene a los mismos directivos es muy probable que se termine en el punto de partida o peor aún, en Villa Clara, en 2013 murieran de hambre 1140 vacas más que en 2012.

La agricultura pide a gritos –y a mugidos- un nuevo esquema de producción, con mecanismos de distribución diferentes, precios adecuados, pagos en tiempo, suficientes insumos y una política de cuadros que permita desprenderse rápidamente del lastre.

Se trata de una combinación en la que además de cambiar todo “lo” que deba ser cambiado habría que cambiar también a todo “el” que deba ser cambiado. Demostrando que la revolución solo está comprometida con el pueblo, tal y como proclamó el presidente en enero.

Las dificultad de criar ganado en un país tropical, escaso de agua y de pastos, son enormes pero dejar morir de hambre y sed a su masa ganadera es imperdonable, dadas las necesidades alimentarias que enfrentan los cubanos de a pie y lo que gasta el país por importaciones.

Afirma un vaquero que crear un buen rebaño puede llevar años y destruirlo solo unos pocos días. También se podría decir que para desarrollar la ganadería hace falta el sacrificio de miles de guajiros pero para arruinarla basta un puñado de dirigentes incapaces.
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(*) Publicado originalmente por BBC Mundo.

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