La cara oculta de la violencia en Cuba

Rosa Martinez

Mural en el oriente de Cuba. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 13 enero — Yanet Argote se separó de su esposo Raúl hace unos tres meses aproximadamente, y las relaciones entre ambos se habían mantenido cordiales.  Ellos saben que una buena comunicación entre mamá y papá es lo mejor para su niño Manuel, de solo 6 años.

Durante los 7 largos años que duró su matrimonio, la joven Yanet aguantó maltratos de todo tipo, pero ya esa historia forma parte del pasado, porque ella se fue de la casa, definitivamente, y ahora sonríe como hace tiempo no hacía y una vez más que otra se arregla su riza cabellera.

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  • Ella es promotora cultural en la Plaza recreativa 28 de Septiembre, al Sur de la ciudad de Guantánamo.  Sus compañeras de trabajo dicen que parece otra persona, nunca la habían visto tan alegre, todo el mundo cree que la separación le ha ido bien.

    Un día, Raúl, le pidió que fuera con el niño a su antigua casa para buscar la pecera que le había prometido desde hacía tiempo.  Allá fueron los dos, madre e hijo.

    A Yanet le llamó la atención que una vez adentro, su ex esposo le puso candado a la verja y aseguró la puerta, pero no dijo nada.  Quedó estupefacta cuando vio el machete que, sin razón alguna, comenzó a destrozarle piernas, brazos…

    Escuchaba los gritos desesperados de su hijo: “¿Papá, por qué?, deja a mi mamita, déeeejala.  Murió rápido, por lo menos no vio cuando el niño era degollado por su propio padre, quien se ahorcó antes de que la policía y los vecinos lograran entrar.

    Esta historia es real.  Ocurrió hace apenas unos meses y, desafortunadamente, no fue la única del pasado año, aunque sí la más trágica.  La población guantanamera quedó muy conmovida por este suceso.

    Durante muchos días no se habló de otra cosa en toda la ciudad, aunque los medios de comunicación locales, como es de suponer, no dijeron nada al respecto, como tampoco dicen nada de la cantidad de mujeres que, en la parte más oriental de la isla, son asesinadas por sus esposos, novios o amantes.

    La violencia toma otra dimensión

    El 13 de mayo de 2010 publiqué un artículo en Havana Times sobre https://havanatimesenespanol.org/?p=5274) la violencia contra la mujer, desde ese entonces el fenómeno no solo se ha exacerbado, sino que ha tomado otra dimensión, ahora no solo los hombres asesinan a sus mujeres, sino que se matan ellos también y hasta sus propios hijos.

    Mural. Foto: Caridad

    En Cuba es muy difícil obtener la cifra de mujeres asesinadas durante un periodo determinado porque nuestro país no ofrece datos públicos de muerte de mujeres por violencia de género y la prensa nacional apenas lo menciona.  Si ocultamos el fenómeno o no lo mostramos tal cual es, no podremos eliminar el mal que tanto nos afecta.

    Según la opinión de varios profesionales, Guantánamo es la ciudad cubana con más incidencia en asesinato de mujeres, aunque desafortunadamente es un hecho trágico que se extiende por todo el país y por el mundo.

    Las estadísticas guantanameras no compiten con las 30 mujeres que son asesinadas diariamente en Latinoamérica, pero sí resultan alarmantes por el aumento en los últimos tiempos.

    La violencia hacia la mujer tiene como resultado posible un daño físico, sexual o psicológico, incluyéndose las amenazas, la coerción, la falta de libertad y, por supuesto, la muerte.

    Como dice Tatiana, una maestra de primaria “cualquier tipo de violencia contra una fémina la lleva a la muerte; la psicológica degrada a la mujer de forma tal que la puede inducir a suicidarse; la verbal casi siempre provoca la física, y ésta puede conducirla a la muerte directamente.”

    Hay lugares donde acudir pero…

    En esta ocasión quiero hacer un aparte especial respecto a la violencia física.

    La violencia doméstica es una epidemia que se extiende a todas las regiones del planeta.  Según las Naciones Unidas una de cada cuatro mujeres es maltratada por su pareja y es precisamente en nuestra área geográfica, América Latina y el Caribe, donde ocurren más feminicidios.  Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud plantean que la violencia de género es la principal causa de muerte de las mujeres entre los 15 y los 44 años, delante incluso, del cáncer y la malaria.

    Por repetirse el fenómeno cada vez con mayor frecuencia, varios países han promulgado leyes tratando de que disminuyan los casos.  Por ejemplo, el nuestro,  fue el primer país en firmar la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y desde hace más de 30 años existen grupos de trabajos para la atención y la prevención de la violencia familiar, aunque los resultados son discretos.

    Desde hace más de quince años se realizan estudios sobre esta problemática social y la Federación de Mujeres Cubanas fundó hace dos décadas las Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia, con el objetivo de proteger a las féminas e informarlas sobre sus derechos y cómo defenderlos, también se orientan sobre su papel en las familias y se les brindan opciones para desarrollarse profesionalmente.

    En todas las comunidades guantanameras, por ejemplo, funcionan Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, Casas de Educación Sexual y Centros Comunitarios de Salud Mental, como vías para apoyarlas y que reciban información sobre la conducta a seguir ante cualquier tipo de maltrato.

    Quizás algunas personas se pregunten: ¿Si todos estos centros funcionan regularmente y existe una labor comunitaria conjunta en la que trabajan arduamente y se reúnen periódicamente el jefe de Sector, el sociólogo de la comunidad, un oficial de menores, un educador, un miembro de la Asociación de Combatientes, una afiliada a la FMC y el presidente del Consejo Popular, por qué entonces el incremento de feminicidios?

    Mujeres en el oriente de Cuba. Foto: Caridad

    Según la psicóloga guantanamera Roxana Rodríguez, todavía muchas mujeres desconocen la existencia de estos centros de ayuda, otras no acuden para no reconocer el problema que tienen en sus hogares o porque quieren mantenerlos ocultos, y algunas solo asocian los centros con el lugar donde pueden encontrar trabajo o recibir algún curso de superación.

    Causas que desencadenan lo violencia

    La también Master en Psiquiatría Social explica “El clic del asunto está en que las causas que han desencadenado la ocurrencia de situaciones violentas se mantienen y se han añadido otras nuevas”.

    Para la especialista las principales causas son: “las condiciones económicas deficientes, ya que no se satisfacen las primeras necesidades de los individuos y los grupos; el déficit habitacional que obliga a las parejas divorciadas a compartir la misma vivienda con otros familiares; la falta de comunicación entre las parejas; el consumo de estupefacientes; la apertura de Cuba al mundo, pues muchas personas que viajan cambian su mentalidad a su regreso a casa; la mayor incorporación de la mujer al  trabajo y su profesionalidad, porque la economía hogareña ya no depende exclusivamente de los hombres, por el contrario, hay mujeres con mejores salarios que sus esposos y la no utilización de los espacios de salud que se le brinda a la población, entre otras.

    En cuanto a las zonas con mayor número de incidentes, la psicóloga plantea: “Generalmente los asesinatos ocurren en los barrios periféricos, por el bajo nivel cultural predominante, porque existen peores condiciones de vida, las personas tienen los más bajos salarios y todo esto desencadena estrés, impotencia, y finalmente la violencia, aunque entre profesionales se dan casos aislados.”

    Opiniones de guantanameras

    Para mostrar otra arista de la preocupante situación, en esta investigación  conversé con varias mujeres.

    Mi primera entrevistada es una doctora recién graduada que tiene un vecino que golpea con frecuencia a su esposa.  “Los dos son jóvenes profesionales, alegres, sin serios problemas económicos.  Con frecuencia forman fiestas a las que ya nadie quiere ir, pues al final ella siempre sale herida.  Más de una vez ha parado en el hospital.  ¿No sé por qué él la golpea tanto?.” dijo.

    Las jovenes son las mas vulnerables. Foto: Caridad

    Según la doctora, la causa fundamental de la violencia contra la mujer es el machismo heredado de generación en generación, los celos provocados por la posición social que ha logrado la mujer cubana actual.  Ella dice que muchos hombres no aceptan que sus mujeres logren un reconocimiento social, que triunfen profesionalmente o que tengan mejores salarios, eso los hace sentir inferiores y reaccionan con violencia contra sus compañeras.  “Creo que en Guantánamo es peor que en otras provincias.” dijo.

    Una maestra emergente, le achaca toda la culpa al machismo, pues gracias a ese tipo de conducta el hombre se siente dueño de su mujer, de la cual cree que puede disponer a su antojo.

    Sobre qué se puede hacer para detener este aterrador mal, dice: “Lo más importante es la labor educativa.  Desde que el niño nace se le debe inculcar el amor y el respeto hacia la mujer, solo así se podrá tener una sociedad de hombres menos violentos con sus compañeras y amigas.”

    Las condenas para matar una mujer son muy ligeras

    Marlene es una recepcionista que fue criada por una familia machista, pero de niña nunca vio ningún tipo de violencia contra las mujeres de su familia.  “Mi madre fue tratada como una niña linda, con mimos, cariños, aunque por supuesto, era una mujer “obediente”.”

    Sin embargo, su hermana, al igual que su madre, no llegó ni al 7mo grado, y se casó muy joven, con un muchacho que parecía quererla con locura.  “No pasaron ni tres meses cuando comenzaron los maltratos- cuenta ella.  Todo el mundo intentó convencerla de que no valía la pena seguir con él, que era joven y tenía toda una vida para  encontrar otro hombre.  No escuchó a nadie y pagó con su vida.” dijo llorando.

    “Creo que todos aquellos que asesinan a sus esposas deberían recibir penas más severas.  Si ellos creyeran que matar a una mujer los llevaría a largas condenas o a su propia muerte, lo pensarían más de una vez antes de hacerlo; mientras lo condenen solo a 7 u 8 años y le den libertad condicional antes de cumplir la sanción, es como si nada hubiera ocurrido, seguirán sucediendo estos asesinatos que han acabado con muchas esposas de nuestra ciudad.

    Los homicidas a veces ocultan su ira

    La psicóloga explica que los asesinatos de género no se pueden pronosticar.  “Generalmente los hombres que se han manifestado más violentamente no son precisamente los que más asesinan, pues estos exteriorizan sus sentimientos con facilidad y pueden recibir alguna ayuda, por su parte, los homicidas ocultan su ira, rencor e inconformidad y cuando los exteriorizan es para matar o lesionar gravemente.” explica.

    Mujeres cubanas. Foto: Caridad

    “Creo que se deben fomentar espacios de participación en la población, promover conductas saludables, como por ejemplo recursos humanos estables, redes de apoyo social, es muy  importante también, tener percepción del riesgo, a veces muchas mujeres no se percatan del peligro que corren.

    Por último, es importante mencionar la influencia jurídica del asunto, pues en nuestro país no existe una ley que sancione la violencia doméstica, aunque hay legislaciones que condenan el delito de lesiones, levemente, y por eso los agresores actúan al margen de la ley.

    “Ahora, continúa, cuando una mujer denuncia al marido por maltratarla o por amenazar con matarla, se detiene al esposo durante 72 horas, esto no es gran cosa, así que debemos seguir luchando para que se condenen enérgicamente a los culpables de actos violentos en nuestros hogares.”

    A pesar del trabajo comunitario y el esfuerzo de varias organizaciones guantanameras por contrarrestar esas conductas, el número de mujeres asesinadas se incrementa.  La sociedad debe seguir estudiando las causas y consecuencias de la violencia de género y accionar para eliminarla o disminuirla.  Nos toca a las mujeres, principalmente, profundizar en el asunto para poder vivir en paz.

    Vivimos en una sociedad instruida y culta donde la mujer ha alcanzado un reconocimiento social en todas las esferas, porque hace valer sus derechos.  Es un deber institucional e individual evitar las muertes por simples incomprensiones de pareja, y poner fin a la violencia contra la mujer.

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