Futbolistas cubanos en el exterior podrían integrar selección nacional

Por José A. Rodríguez

HAVANA TIMES – Prácticamente nadie los conoce en Cuba, pero pudieran ser la cara de la selección nacional de fútbol en el futuro… si las autoridades hacen lo necesario.

Se trata de varios jugadores de origen cubano que juegan en el exterior, y tienen suficiente calidad y juventud como para realizar aportes muy interesantes al desarrollo en Cuba del más universal de los deportes, estancado desde hace años en resultados y presentaciones mediocres.

Guillermo Bárcena juega en el club Gavá, perteneciente a la Segunda División B de España; Carlos Vázquez en el juvenil A del Atlético de Madrid; Onel Hernández en el Eintracht Braunschweig alemán, y Samuel Armenteros Malamaqui, sueco de ascendencia cubana, es delantero en el Benevento Calcio, de la Serie A italiana, por mencionar solamente algunos jugadores que han manifestado abiertamente el deseo de jugar con Cuba.

Bárcena se fue a Barcelona con 18 años, pero integró el conjunto de Ciudad Habana en sus categorías infantiles, y guarda buenos recuerdos de esa etapa. “Éramos muy unidos, y jugábamos como si fuéramos familia, ganamos los Juegos Escolares y luego los Juveniles. Nunca pude sentir lo que era ponerse la camiseta del Cuba, y es una espinita que se me fue quedando y creciendo con el pasar de los años.

También vi a jugadores con los que compartí vestuario integrar la selección nacional y me decía, ¿por qué yo no puedo estar también? Para eso tenía que esforzarme mucho más, pero me encantaría algún día tener la camiseta de Cuba sin tener que comprarla como ahora, sino ganármela y poder representar  mi nación”, declaró para este trabajo en una visita a la capital cubana.

Carlos Vázquez tiene un acento claramente ibérico, pero también siente en sus venas la sangre cubana. De hecho, su abuela integró el primer equipo femenino de Santiago de Cuba, en la misma posición de defensa central o lateral que el ocupa en el Atlético juvenil. “Me fui muy pequeño, pero nunca he perdido el vínculo con la Isla. Creo en este proyecto y quiero dejar mi legado, hacer cosas importantes en mi país. Puedo aprender mucho y aportar también”, confesó.

Por el delantero cubano-alemán Onel Hernández el Eintracht Braunschweig pagó150 mil euros, pero hoy la carta del nacido en 1993 en Morón, Ciego de Ávila, tiene un precio de un millón de euros, con contrato hasta 2020.

Hernández llegó a los seis años a Alemania junto a su madre y su hermana, y su padre (alemán) lo llevó a probarse a varios equipos de fútbol hasta que recaló en Braunschweig. El atacante fue llamado una vez para jugar por la selección sub-18 de Alemania, pero quiere vestir la casaca cubana y, según las normas de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), podría hacerlo.

“Si me llaman, me voy pa’ Cuba a jugar por la seleccióni. Yo me siento cubano, soy cubano de corazón. Es cierto que en Alemania se está muy bien, pero mi familia es cubana. Mi corazón es cubano y cuando me voy a Cuba, yo vibro con la gente y siento que mi sangre es cubana. Si jugaran Alemania y Cuba, yo alentaría a Cuba, sin duda”, dijo con toda la claridad posible el futbolista a la cadena germana Deutsche Welle (DW) en septiembre pasado.

Tras la aprobación de las contrataciones de deportistas cubanos en el exterior, la hipotética llegada de esos jugadores a la selección nacional de fútbol no entra en contradicción con la actual política deportiva. Desde la dirección jurídica del Instituto Nacional de Deportes y Recreación (Índer) y la Federación de la disciplina no se ven impedimentos para que un residente o contratado por sus medios pueda vestir la camiseta.

Así lo manifestó Ramiro Domínguez, director jurídico del Índer, quien asegura que lo que prima es la visión de la Federación sobre cada atleta. “Primero es valorar cómo salió de la Isla -porque sigue vigente el veto a quienes abandonaron una delegación-, y luego se analiza su rendimiento y su comportamiento, el deseo de representar al país.

La Federación ha comenzado a evaluar a varios atletas que salieron de manera legal, bajo circunstancias especiales que muchas veces no dependieron ni siquiera de ellos, sino de sus familiares. Los técnicos determinarán si hacen el grado para la selección, porque el hecho de estar contratado en el exterior no le da automáticamente el puesto en el equipo nacional.

“También hay otros que están aquí, sin posibilidades de contratarse, pero son muy buenos, y quizás algunos de fuera no se desempeñan en la posición en la cual el cuerpo técnico considera que son fundamentales en el equipo, por eso la determinación corresponde a los entrenadores. La voluntad es que todos estos casos que no violaron las regulaciones de las federaciones deportivas pueden integrar la selección nacional. El procedimiento es que el atleta muestre su interés, luego la Federación emite su dictamen y si es favorable contacta a la Comisión negociadora del Índer, que es la encargada de tocar a las puertas del club para conciliar la inclusión de alguna cláusula sobre la incorporación del jugador a la preselección nacional,” explicó Domínguez.

En la misma sintonía se muestra Rolando Reynaldo, responsable de asuntos legales de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC). “Se nos han acercado varios familiares y jugadores que están en España, Alemania y Centroamérica, y han sido acogidos de manera positiva. Se trasmitió el interés al Índer y se ve la posibilidad de que esos jugadores en ascenso sean seleccionados tanto para la selección mayor como la sub-20 y otras. En el orden competitivo, cualquier jugador puede hacerlo, pero al tener contratos ya firmados hay que evaluar individualmente hasta dónde el club está dispuesto a incorporar en ese contrato su presencia física en Cuba cuando sea requerido para los torneos principales.

“Es algo novedoso en Cuba, pero vamos en el camino correcto y quedaría hacer los arreglos con cada club. Algunos que en algún momento de su vida deportiva fueron miembros de selecciones nacionales y de forma irresponsable la abandonaron de forma injustificada y no permitieron a sus compañeros transitar hacia fases importantes no deben ser elegibles”, opinó Reynaldo.

Para febrero de 2018 se prevé convocar a la selección nacional con vistas a la primera fecha FIFA del año y es en ese momento cuando podremos precisar si Cuba se pone o no en sintonía con el resto del mundo. La AFC tiene en sus manos la invaluable posibilidad de concretar la llegada de futbolistas ilusionados con vestir la franela de Cuba para hacerlo un equipo competitivo en la arena internacional.