¿Venta de garaje en Cuba?

Por Aurelio Pedroso   (Progreso Semanal)

HAVANA TIMES – Nadar contracorriente nos ha costado más de una pesadilla. Y parece que al final comienza a imponerse el sentido común, catalogado por algunos, sin embargo, como el menos común de los sentidos.

Foto: Carlos Ernesto Escalona Martí (Kako).

Lo anterior, porque ayer asistí a lo que en esta parte del hemisferio se conoce como “venta de garaje”. De punta a punta. Desde Alaska hasta el Cabo de Hornos. Lo que sobre en casa y no se ha regalado por siete o diez motivos, a la venta, que siempre o casi siempre habrá un necesitado o un encaprichado con la figurita, la lamparita o ese viejo libro de refranes.

Un ejercicio de completa soberanía de hacer con lo suyo lo que le venga en ganas siempre y cuando no sea organizar una matanza con un fusil automático sobre una inocente multitud  como hicieron por allá o envenenar a medio barrio con alcohol letal como hicieron por acá.

Un tiempo atrás -y no dudo que hasta hoy día en el cerebro de algún guardián público del ornato- si  a usted le sobraba un par de camisas, y colocaba sobre su ventana un aviso, una nota de que las vendía, la multa era casi con efecto inmediato. Multa al instante por el letrerito y no una automulta como celador del Estado porque la fosa de aguas putrefactas aún no tenía solución o el edificio continuara camino del derrumbe total. La “orientación” era el cartelito pecador.

Parece, y me gustaría recalcar que “parece”, las cosas van cambiando y que aunque sea un detalle  insignificante a primera vista, el sentido de propiedad está cobrando fuerza.

Los jóvenes que organizaron esta venta de garaje devenida venta de plazoleta de edificio, hablaron con los propietarios de cada apartamento, abonaron una determinada cantidad de dinero a los fondos del inmueble, y mostraron sus “mercaderías” con un singular júbilo.

Muy concurrida la asistencia. Curiosos e interesados, se probaron zapatos, blusas u otras prendas, inspeccionaron juegos de tazas de café, hojearon libros, miraron esto y lo otro. Todos ganaron y al cabo de unas horas la vida siguió su ritmo de cada día.

A pocos metros del lugar y asomándose la noche, comenzó un telúrico bullicio que no daba  margen a tal asomo comercial. La Habana tenía otra jornada de carnavales en su Malecón.


Fotos: Carlos Ernesto Escalona Martí (Kako).

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.