Por Aurelio Pedroso (Progreso Semanal)
HAVANA TIMES – Otro adversario más en esta batalla sin cuartel y mucho hospital: el calor, que viene a sumarse a las contrariedades del día a día y amenaza con imponer un nuevo récord nacional más allá de los 38 grados.
La canícula, como solía llamarle con frecuencia una colega amiga, ha llegado para hacerle compañía a este imprevisible virus, que al decir del doctor Durán, “es una enfermedad implacable”.
Y ya conocemos bien los efectos del calor que, además del insoportable sudor, nos trae disgustos, mal carácter, pésimo dormir, respuestas no correctas y hasta belicosas, entre otras más que un psicólogo podría explicar al detalle y un clínico justificar en alguna que otra cagalera o fiebre infantil.
Entonces, para principios del siguiente mes, luego de la “cuarentena” con la casa abarrotada de gentes, los ventiladores trabajando sin parar, televisores y radios al mismo ritmo y el refrigerador abierto de par en par porque no todos tienen sed a la misma hora, la factura de la electricidad cuando el poder adquisitivo ha descendido por razones innecesarias de explicar, será las que nos toque la puerta antes o después de la diaria pesquisa.
Algo para agregar a la lista de preocupaciones, pensamientos y respuestas que deberán tomar las autoridades.
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