¿Salud Gratuita en Cuba?

Moisés Patterson

La Hospital Maternidad Obrera

HAVANA TIMES — Un triunfo muy anunciado por la revolución cubana es el “sistema de salud gratuita”. Los propagandistas cubanos incluso compararán favorablemente al sistema cubano con el de Estados Unidos.

Imagino que pocos de estos apologistas, si es que alguno,  jamás ha experimentado alguno de estos sistemas de salud,  muchos menos los dos. Me pasé la semana pasada experimentando el cuidado de salud cubano. Me explico:

Mi esposa y yo viajamos a Cuba la semana pasada para ayudar a mi suegra a recuperarse de una cirugía. Ella tendría que pasar al menos tres días en el hospital después de la operación, y varios días más sin moverse de la cama en su casa.

Alquilamos una ‘casa particular’ grande (un apartamento) cerca del hospital, con dos dormitorios y dos baños, para que mi esposa y yo pudiéramos estar cómodos y atender a su madre.

La familia de mi esposa es de Guantánamo, pero el hospital quirúrgico de esta provincia fue dañado por el huracán Sandy el año pasado, y no tenía disponible el equipo quirúrgico necesario para la operación específica que requería mi suegra. Así que, por disímiles razones, decidimos someterla a la cirugía en La Habana.

Antes del viaje, sabiamente mi esposa compró toallas y dos juegos de sábanas y fundas para que su madre las usara durante su estadía en el hospital. Además, empacamos varias latas de spray de aerosol desinfectante, jabón especial para usar en baños de esponja y un ambientador que se conecta a una salida de corriente eléctrica.

Aunque este hospital de La Habana ofrece ropa de cama, la calidad y la higiene de esta es cuestionable. No hace falta decir, que no se necesita llevar sábanas en hospitales de Estados Unidos.

La mañana que la llevamos al hospital fue difícil ignorar los pasillos con poca luz interior y el tenue olor a orina y a desinfectante que parecía estar casi en todas partes. Aunque yo sabía que esto era la mejor opción que teníamos en Cuba, no podía dejar de pensar que si esto fuera Estados Unidos, de ninguna manera dejaría a mi suegra en un hospital que oliera así.

Nos dijeron que los ascensores no funcionaban ese día, así que tuvimos que caminar hasta el cuarto piso para la preparación pre-operatoria y conversar con el cirujano.

Mi mujer sigue siendo reconocida en la calle por su antiguo trabajó como locutora nacional hace varios años, así que es difícil decir cuánto de nuestro “tratamiento especial” inicial fue sólo debido a su antigua posición en Cuba y cuánto formaba parte del servicio al cliente corriente.

Mi mujer sigue siendo reconocida en la calle por su antiguo trabajó como locutora nacional hace varios años, así que es difícil decir cuánto de nuestro “tratamiento especial” inicial fue sólo debido a su antigua posición en Cuba y cuánto formaba parte del servicio al cliente corriente.

Sin embargo, es justo decir que fuimos bien recibidos y todo el mundo fue amable,  incluso agradable. Bajo estas condiciones de trabajo, vale la pena un buen reconocimiento.

Después de terminar mi trabajo de llevar el maletín con las sábanas, toallas y artículos personales escaleras arriba, decidí pasear un poco por el hospital, mientras mi esposa y suegra se reunían con el cirujano.

Para mí fue evidente que el personal de este hospital trabajaba y se movía de forma similar a como lo hace el personal en los hospitales de Estados Unidos. Aunque hubo algunos miembros del personal que parecían contentarse con sentarse simplemente y hablar, otros se mantenían ocupados haciendo su trabajo.

Afuera llovía, así que adentro estaba aún más caliente y húmedo de lo normal y si había algún aire acondicionado este estaba llevando una batalla perdida. Había ventiladores ruidosos en todos los pisos y carritos en los pasillos medio llenos de ropa de cama sucia.

La verdadera diferencia está en el propio hospital. Había más ventanas rotas que intactas. Incluso las intactas todavía tenían pegada la cinta en forma de “X” desde el último huracán que  amenazó a La Habana hace casi cinco años. Si el interior del hospital alguna vez tuvo esquema de color, ya no era evidente.

La mayoría de las paredes necesitaban dos capas frescas de cualquier color para ocultar los años de accidentes sufridos por camillas y las manos grasientas. Las baldosas del suelo, rotas en su mayoría, también tenían una mezcolanza de colores y marcas.

Incluso el conserje con más conciencia tendría que memorizar las áreas que limpió, porque por el deterioro estructural, la suciedad y la mugre incrustada nunca se podría saber cuál estaba limpia y cuál no.

A pesar de estas condiciones físicas, las dos horas de cirugía transcurrió bien, por suerte. Mi esposa, al escuchar la buena noticia por parte del cirujano, me impulsó a poner un billete de 100 cuc en su mano (téngase en cuenta que esta ‘propina’ triplicaba su salario mensual).

Le dimos las gracias y le preguntamos si continuaría visitando ‘mi suegra’ y que nos gustaría se hiciera cargo de ella nuevamente antes de que la lleváramos a casa. Él asintió con la cabeza. Todavía no me puedo imaginar dándole una propina a un cirujano estadounidense.

Después me dirigí a la tienda a comprar jugo para mi suegra, en Cuba esto es el equivalente a las flores en EE.UU. Cuando, más tarde, regresé al hospital, todavía estaba en recuperación. Como ella estaría débil durante las próximas horas, mi esposa averiguó quién sería el personal de esa noche.

Dispuso que la cama estuviera preparada con las sábanas nuevas. 10 cuc para la ‘jefa’ del turno aseguraron que consiguiera el mejor colchón disponible, y que su maleta no fuera molestada.

Los próximos dos días para mí pasaron transportando alimentos y jugo al hospital, para mi esposa y su madre. Incluso llevé pizzas y refrescos para el personal. El spray desinfectante fue muy útil para el baño.

Su cirujano y el personal parecían agradables y atentos. No tengo forma de saber hasta que punto la diferencia era porque teníamos recursos que normalmente no están disponibles para el cubano promedio.

La “habitación” tenía diez camas y 8 pacientes entre hombres y mujeres,  sin cortinas divisorias para la privacidad. Una vez más, incluso las peores habitaciones privadas y semi-privadas que tenemos en Estados Unidos simplemente no estaban disponibles en este hospital. Créanme, he preguntado.

Pusimos el ambientador en la habitación y el segundo día comenzó a tener efecto. Los otros pacientes de la sala también trajeron sus sábanas y toallas y su propia comida. Las frutas y jugos eran ofrecidos y compartidos entre todos.

El médico se la ingenió para echarle un vistazo a mi suegra con frecuencia. Lo mismo hacían las enfermeras e incluso el personal encargado de la limpieza. El mundo entero debe haberse percatado de que mi esposa daba buena propina.

Al final del tercer día mi suegra llegó a un arreglo con otra jefa del personal para intercambiar sus sábanas y toallas usadas por el suministro de una semana de Vicodin y Percocet.

Estos analgésicos normalmente no están disponibles en Cuba. Ella también convino con una de las enfermeras que trabajaban en las tardes para que pasara a verla por la casa de alquiler por la mañana, de camino al trabajo. (10 cuc por visita)

Cuando agregamos los costos de ropa de cama, jugos, pizzas para el personal, propinas para los médicos y enfermeras y otras cosas, los tres días de estancia de mi suegra en el hospital costaron a mi esposa y a mí poco menos de $ 400 CUC ($450 USD). Si ella hubiera recibido ese mismo procedimiento en mi país, el costo hubiera sido por lo menos $ 1000 dólares.

Su cirujano y el personal parecían agradables y atentos. No tengo forma de saber hasta que punto la diferencia era porque teníamos recursos que normalmente no están disponibles para el cubano promedio.

Tampoco sabemos si ese mismo servicio podría haber sido mejor o peor en Ciudad México, en la ciudad de Guatemala o  Buenos Aries. Ahora sí sabemos que las condiciones del hospital son mucho mejores en Estados Unidos. También sabemos que sin recursos, la experiencia de mi suegra podría haber sido peor, mucho peor. El servicio de salud cubano es adecuado, pero ciertamente no es gratis.

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