Haroldo Dilla Alfonso*
No porque Tamayo haya manipulado alguna información. Creo que el título es desacertado y hay al menos un par de errores factuales. Pero en lo general creo que usó bien la información que tenía y que la interpretó desde su punto de vista. Pero los temas polémicos tienen, como las almas de Melquiades, vida propia y por eso conviene precisar las posiciones. Y me veo compelido a ello, además, porque tras mi artículo recibí varios mensajes de personas comprometidas con LASA que consideraron oportuno distanciarse de mis críticas.
Debo, ante todo, hacer dos aclaraciones:
La primera que yo soy un firme y absoluto partidario de que los contactos e intercambios con LASA se mantengan e incrementen. Como para todos los latinoamericanos, ello resulta una oportunidad para que los académicos cubanos intercambien puntos de vistas con colegas de otras latitudes, participen en proyectos y accedan a informaciones que existen en las exquisitas bibliotecas latinoamericanas. Oponerse a la participación cubana en LASA ha sido una posición común en los talibanes extremistas de ambos lados, en la Isla y en la emigración. Yo apoyo esa participación, sobre todo porque la mayoría de los cubanos que asisten a estos congresos son académicos reales, unos jóvenes y otros ya maduros y en plena producción.
En segundo lugar, nunca he pensado, ni sugerido, que los eventos de LASA sirvan al gobierno cubano para infiltrar espías en Estados Unidos. Eso no lo sé, ni me interesa averiguarlo. Que de ello se ocupe el FBI si lo considera oportuno.
Lo que sí digo es que las delegaciones cubanas incluyen funcionarios y falsos intelectuales cuyas funciones son condicionar el debate y controlar a los verdaderos académicos. Algunos de los cuales son conocidos usuarios de Línea y A y otros simples gendarmes ideológicos auxiliares. Eso lo sabe todo el mundo en el gremio y los cubanos asistentes siempre conocen quien es quien y como cuidarse para no caer en desgracias. No importa que se trata de representantes oficiales de centros de investigaciones: sus asistencias a LASA se derivan de sus roles de control y van dirigidas a ejercerlo en los cónclaves. Son fundamentalmente funcionarios, no académicos.
Ejemplos hay por decenas, pero si alguien tiene dudas, baste recordar que en LASA, con fondos de la institución, han participado personajes de la peor ralea cuyo ejemplo más deplorable es Darío Machado, un hombre con antecedentes criminales en la persecución y represión de intelectuales en Cuba. En su momento ello fue denunciado por el NYT. Nunca ha habido una disculpa por parte de LASA.
Sugiero a las personas realmente interesadas en que la sección Cuba funcione, que no metan la cabeza debajo de la arena, y que busquen las maneras de cambiar la situación presente. Yo no tengo un recetario, pero me parece que hay cuestiones muy evidentes que merecen ser resueltas. Sin aspiraciones de ser exhaustivo, plantearía:
Una respetable académica cubanoamericana me decía en uno de sus mensajes que fui desconsiderado con el esfuerzo que ellos hacen para hacer mejor las cosas. Si fue así, me disculpo y expreso públicamente mi respeto por estas personas, y en particular por la actual presidenta, a quien conozco desde hace mucho tiempo y sé de sus siempre mejores intenciones. Pero yo baso mis juicios en resultados, no en motivaciones que muchas veces no conozco. Y de buenas motivaciones está empedrado el camino al infierno.
Si los directivos de LASA no se proponen cambiar las reglas de juego de la participación cubana, y del funcionamiento de la sección, creo que siempre serán prisioneros de estas manipulaciones.
Y como puede suponerse que con la flexibilización de la política migratoria cubana será posible que más cubanos de la Isla puedan participar, no necesariamente como partes de la “delegación”, es previsible que ello generará otras tensiones en torno a la sección/cuba. O que los nuevos participantes decidan poner tienda aparte, si acaso los “delegados” y sus aliados en la directiva no son capaces de entender que Cuba somos todos.
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(*) Publicado originalmente en Cubaencuentro.com.
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