Migración y política: un debate necesario para el futuro de Cuba

Leduan Ramírez Pérez*

HAVANA TIMES – El 2018 será un año decisivo para el futuro de Cuba. La Isla no es solo un espacio geográfico sino uno social que traspasa las fronteras físicas. En esta dirección el futuro gobierno se enfrentará al reto de construir una nación próspera, transnacional e incluyente.

Sin embargo, la característica de los gobiernos cubanos hasta el presente ha sido la incertidumbre sobre sus agendas gubernamentales. Raúl Castro intentó definir claramente sus políticas económicas y sociales a partir de los Lineamientos del Partido Comunista pero en la práctica estas direcciones han presentado los mismos problemas de cambios espontáneos a lo legislado o implementado.

Esos cambios generan incertidumbres y desconfianza respecto la seriedad de los gobernantes cubanos. Esos cambios bruscos son perjudiciales para el fortalecimiento de cualquier relación que se pretenda sostener con Cuba.

En un contexto difícil tanto económico como político, Cuba ha perdido la influencia política y social que antaño poseía. Sus principales aliados han volteado sus direcciones políticas y sus agendas económicas. Así también los cambios en las posturas de los gobiernos latinoamericanos de la década pasada han dejado demasiadas dudas para un renacer de la política izquierdista en el continente. Esto ha perjudicado en extremo las capacidades económicas de Cuba.

Asimismo, el estancamiento de las relaciones con los Estados Unidos, algo que alentaba las esperanzas de mejoras en diversas dimensiones, ha mostrado los temores del gobierno cubano de cometer errores en la designación del nuevo presidente cubano. En este escenario, el futuro gobernante tendrá cada vez con mayor necesidad que restructurar el diálogo con su diáspora. La comunidad de migrantes es sin dudas uno de los pilares no reconocidos que sustentan la depreciada economía de la Isla.

No obstante, la relación del gobierno cubano con sus migrantes no ha sido amistosa. Salvo algunas excepciones, los migrantes cubanos han sufrido exclusiones en distintas dimensiones por parte de su país de origen. Cuba ha utilizado a su migración como temática recurrente según las necesidades políticas y económicas del régimen.

Hasta 1990 los migrantes eran considerados traidores a la Revolución. Posterior a esa fecha y como consecuencia de los efectos de la caída del campo socialista, la migración fue contemplada como un recurso salvador a la devastada y mono-dependiente economía cubana.

No obstante, Cuba no contabiliza las remesas dentro del PIB nacional aun cuando las acapara en su mayoría mediante fórmulas de comercio monopólicas. Con las reformas de Raúl Castro y los cambios en las legislaciones migratorias y aduanales cubanas esa relación gobierno-migración entró en una nueva etapa. Los migrantes siguen siendo un grupo excluido de la política y la economía central cubana pero su importancia para el país es crucial.

En este sentido, ¿cuál es el papel que le corresponde a la migración cubana en la construcción del país después del cambio de gobierno? ¿Cuál será la reacción del gobierno cubano a la influencia de los migrantes en la vida y la sociedad cubana?

La migración cubana es un actor imprescindible para el destino de Cuba. En el actual contexto, el gobierno de la Isla no ha dado pasos significativos para incluir a los migrantes como parte de la nación. Este es un tema que no se puede agotar en un breve artículo, no obstante quisiera proponer posteriores análisis a tres áreas: economía, política y sociedad. Además es necesario centrar el análisis desde los dos grupos en relación: migrantes y gobierno.

La relación de los migrantes con sus países de origen comienza por el propio interés o necesidad de mantener el contacto a pesar de los obstáculos. Para los migrantes el lugar de origen es el espacio conocido. Para los gobiernos la migración puede ser vista tanto como un recurso como un problema.

Cuba ha modificado sus discursos sobre su migración a lo largo de los años y también en función de sus necesidades. En el contexto actual, la migración ha sido uno de los sustentos a la economía cubana. No en balde, los cambios sustanciales a la Ley de Migración de 1979 ocurrido en 2012 y los incentivos a la recepción de remesas por distintos medios han generado una mayor presencia (directa e indirecta) de los migrantes en la vida nacional cubana actual.

Uno de los hechos más ilustrativos de esta presencia es la demanda de mayores derechos a los migrantes cubanos. Estas demandas se han realizado en la esfera económica (posibilidad de inversión directa en las PYMES cubanas), en la social (eliminación de las prohibiciones a deportistas radicados en el exterior de formar el equipo Cuba en distintos deportes y competiciones) y en lo político donde por primera vez un grupo de cubanos en España demandaron la posibilidad de participar en las elecciones cubanas desde el exterior. Sin embargo, el Gobierno no ha aprobado ninguna de estas iniciativas. 

Leduan Ramírez Pérez

La preocupación de estos grupos de migrantes cubanos señala una pertenencia nacional dual. Es la capacidad de ser incluidos por parte del gobierno cubano en un proceso que tome en cuenta sus necesidades, intereses y heterogeneidad. Se apela a la construcción de un discurso dual y no direccionado desde el interés unilateral del gobierno.

Por tal motivo, algunos de los cambios de buena voluntad que el gobierno cubano pudiera generar a favor de sus migrantes serían extender la vigencia del pasaporte cubano de 6 a 10 años, eliminar las prórrogas, fomentar la participación política mediante la extensión del voto en el exterior, permitir la inversión directa de los migrantes en los renglones económicos de la Isla e implementar mecanismos de diálogo con toda la diversidad de posiciones de los grupos de migrantes.

Durante muchos años los migrantes han sido un grupo estigmatizado por el discurso político cubano. Sabemos que ninguna comunidad excluida cambia sus resentimientos hacia aquellos que los ofendieron. En el contexto actual, Cuba debe comprender que la diversidad es también una parte imprescindible de la vida nacional y eso pasa por el reconocimiento, la disculpa y la inclusión plena de los excluidos en el proceso de construcción nacional.

Photos: Leduan Ramírez Pérez

*Estudiante de Doctorado, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México. 

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.