Maltrato de cubanos por cubanos

Por Nike

HAVANA TIMES — Estaba en la cola de Etecsa (única empresa telefónica en mi país), para pagar la cuenta de mi aparato. Había mucha gente para diferentes gestiones. Se sentía mucho calor, pues eran las doce del mediodía y la espera, para castigo nuestro, hay que hacerla fuera de la oficina, en la calle.

Entonces le pedí al que cuidaba la puerta- que por cierto se creía Dios- que por favor dejara entrar a las dos personas que estaban más próximas, así se aliviarían del sol y aquello se descongestionaba un poco. Él con muy mala forma dijo rotundamente que no.

La señora que más cerca estaba de la puerta se puso a decir que estaba cansada de ser maltratada por los mismos cubanos y explicó que ella había estado en varios países y era maltratada también por ser cubana.

Pueden imaginarse lo que se formó. Un hombre que dijo vivir en Miami contó que eso no se veía allá y que en EE.UU. a los cubanos se les trataba muy bien y que hasta les daban 500 dólares cuando llegaban. En eso saltó una muchacha que dijo ser de Santiago de Cuba, diciéndole al hombre que lo que tenía que hacer era irse de aquí y no volver si no le gustaba esto, y si volvía a criticar el país le iba a caer a golpes. Terminando de hablar le fue arriba con una sombrilla.

Entonces la gente la aguantó y ella se puso a forcejear con todos y a tratar de darle al hombre con la sombrilla por la cabeza, y él a decir que por eso se fue de Cuba hacía mucho tiempo y que solo venía a visitar al padre que estaba enfermo.

Fue cuando habló la intelectual de la cola, pidiéndole a la muchacha de Santiago que se calmara que el hombre solo había dado su opinión como todos. En ese momento aproveché para preguntarle a la santiaguera de dónde había sacado esa violencia. Me contestó que no soportaba que criticaran nuestro país y que si al sujeto no le gustaba ¡que se fuera!…..ya me tocaba entrar cuando una amiga me pidió que le pagara su teléfono, porque tenía la niña enferma y no la podía dejar mucho tiempo sola.

Cuando llegué a mi casa me di un baño, me hice una limonada fría y me puse a escribir lo que sucedió. La verdad es que ahorita nos matamos los unos a los otros… y lo más importante es que todos somos hermanos… siento mucha pena por nosotros. Deseo que esto pare y que nos sintamos todos iguales.