La calle 8 de Quito

Por Fernando Aramis

HAVANA TIMES – “No hay nada más cierto que un día detrás de otro”, así versa un viejo refrán. ¡Cómo iba a creer que las ilusiones que allá por el año 2004 tantas veces imaginé, sucedieran!  ¡Quisiera ir ahora a un lugar donde pudiera tener una buena charla a la cubana y comer un buen plato de nuestra gastronomía! Pero no un lugar con rimbombantes ademanes y excéntricos precios, sino uno asequible a todos, o a casi todos.

-Añoraba por aquellos tiempos.

Todo surgió a raíz del éxodo de cubanos al Ecuador que aconteció en el año 2008 cuando el Gobierno de ese país autorizó la entrada a los cubanos sin necesidad de visa. Llegaron por montones, unos para seguir su viaje a los Estados Unidos, y otros para quedarse y hacer vida al amparo de Los Andes. Muchos vendieron todo lo que tenían en Cuba para venir a probar suerte en la Carita de Dios, ciudad de Quito.

Comenzó entonces un alud de múltiples negocios. Se abrieron agencias de viajes, mecánicas automotrices, restaurantes, cafeterías, panaderías y aquellos que se dedicaron a comprar ropa, para luego revenderlas a un suculento precio en la Isla, este último hasta hoy se mantiene y continúa ofreciendo excelentes dividendos.

Médicos, intelectuales, delincuentes, negociantes, deportistas, profesores, llegó una amplia gama de individuos de diferentes estatus sociales y se asentaron en Quito. Y para ironía del destino, el asentamiento se produjo en una calle nombrada “La Florida”. Así sucedió, porque esa arteria principal quedaba a unas escasas cuadras del antiguo aeropuerto de la urbe, hoy transformado en el parque Bicentenario, y les resultaba práctico para todo aquel cubano que llevaba ropa para vender en Cuba.

Algo ha llovido desde entonces hasta acá. Muchos ya no están, pero los que quedan, cada fin de semana, por algún motivo o sin ninguno aparente, se reúnen en la calle 8 para compartir una buena botella de Havana Club y jugar un escandaloso juego de dominó.

El Pepe Cubela, Mario Valero, El Gilbert, Rafael Nodarse (actual presidente de la asociación de cubanos residentes en el ecuador Acure, organización que patrocina la embajada de Cuba) el profe Raúl, son algunos de los personajes que frecuentan la calle 8, cuyas puertas se abren a diario a todos los cubanos residentes en Ecuador. Aquí impera la amistad y la camaradería.

No importan formas de pensar ni ideologías. Si te gusta el reguetón, o la salsa, o la timba o la música tradicional. Las diferencias no cuentan y no son pretexto para excluir a nadie.

La Ropa Vieja, El Floridita, El Aché, son los restaurantes más frecuentados. Hay de todo como en botica en la calle 8, de Quito. Encuentros, historias, sueños, y alguna que otra querella entre amigos, pero, sobre todo, reina la fraternidad.

Cuando venga a Quito no deje de visitar la calle 8 para que pueda disfrutar de una buena ropa vieja o el sabroso rabo encendido, delicias de nuestra gastronomía. Juan Paz y Miño y la Prensa, es el lugar que la comunidad cubana en el Ecuador ha apodado La Calle 8.

Al final, después de tanto tiempo, mis deseos se tornaron realidad. Con la certeza de que aquí, pese a todo, somos cubanos y que la comunidad es nuestra única y gran familia. Por eso exclamo “No hay nada más cierto que un día detrás del otro”.

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