Internet en Cuba y el sentido de culpa

Janis Hernandez

HAVANA TIMES, 12 abr — En Cuba el acceso a Internet es un privilegio que solo poseen los extranjeros residentes en la Isla, los doctores en cualquier materia, los altos dirigentes y militares, los periodistas oficiales, ciertos artistas y escritores y las personas con suficiente dinero para pagarse una cuenta clandestina.

Otro grupo, como los médicos que han cumplido misiones en el exterior y los profesores universitarios, también tienen acceso a Internet, pero con mayores restricciones que el grupo antes mencionado, es decir, sólo tienen entrada desde los centros de trabajo y no desde los accesos en sus casas.

Por ejemplo, las conexiones de este segundo grupo no pueden abrir correos web, dígase gmail, yahoo, hotmail, etc., y tampoco determinadas páginas bloqueadas a nivel nacional.

Un amigo que posee una cuenta de Internet con muchas más posibilidades de acceso que la mía, me la cede de vez en cuando para que revise, por ejemplo, mi correo de gmail. Como es de suponer, normalmente no accedo a páginas web, solo lo uso para revisar mi bandeja de entrada.

Túneles y Vigilancia

Para burlar a los servidores, se suelen usar túneles o proxys, que te permiten entrar a otras páginas a través de ellos. Pero estos ya están siendo detectados y cualquier desviación de lo normado se castiga con una suspensión del acceso y un análisis correspondiente.

Han aumentando las acciones de vigilancia en lo que a seguridad informática se refiere (entiéndase impedir el acceso a cualquier sitio que no les convenga a las autoridades).

Dichas acciones hacen mucho más lento la conexión, con tantos filtros en el reducido ancho de banda, y que no permiten acceder a casi nada.

Pues cada día son más y más los sitios bloqueados, bien a nivel nacional o a través de filtros en los servidores estatales de los centros de trabajo.

Desdichadamente, un día trataba de valerme de estas pericias de los túneles, usando la cuenta de mi amigo en mi centro laboral. Desde entonces está bloqueado su acceso a Internet por un plazo de tres meses, llevará una reprimenda, como niño que se ha portado mal.

Él no poseerá Internet por un buen tiempo y a mí me invade un enorme sentimiento de culpa.