Fidel Castro ha muerto

Por Osmel Ramírez Álvarez

Hugo Chávez con Fidel Castro en 1999.

HAVANA TIMES — Fidel Castro murió anoche a sus 90 años; el país está en duelo. Fue un hombre que marcó la historia de Cuba y del mundo; que hizo mucho bien y también mucho mal procurando hacer el bien por el camino de las utopías extremistas. Pero “como se puso del lado de los humildes merece respeto”, tanto de amigos como de adversarios.

Siempre se creyó que los restos del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana emularían a los de Lenin y otros líderes comunistas, exponiéndolos en un majestuoso mausoleo. Incluso alrededor de la Plaza de la Revolución José Martí, en la capital, existen varios terrenos yermos que lucían aguardar una obra de esa magnitud.

Pero hoy hemos amanecido con un itinerario luctuoso sumamente austero para el gran líder: 9 días durarán las honras fúnebres; el cadáver será cremado por su propia voluntad; sus cenizas serán expuestas en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución desde el 26 hasta el 29, que culminará con un acto de despedida de masas en la propia Plaza a las 7:PM del último día; luego las cenizas recorrerán todo el país en una trayectoria que rememorará su Caravana de la Victoria de 1959, pero en sentido contrario; culminará este recorrido con un acto de masas como despedida en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba el día 3 de diciembre a las 7:PM; y luego sus cenizas reposarán en el Cementerio Santa Ifigenia de la capital oriental, en una ceremonia de inhumación que tendrá lugar a partir de las 7:00 AM del día 4 de diciembre.

Nelson Mandela y Fidel Castro en 1991.

Toda muerte es lamentable y la verdad es que Fidel Castro es muy querido en Cuba, a pesar de sus errores y de las grandes consecuencias que han tenido. Sería indelicado que sus adversarios más rígidos no abandonaran en estos momentos el lenguaje ofensivo y radical, porque luciría hoy bárbaro y cruel. Pedir tristeza sería demasiado, pero mostrar alegría no sería tan solo una muestra de irrespeto, también de debilidad. No soy creyente pero siempre he admirado el mandato cristiano de “amar a tus enemigos”. Siento que nos vuelve superiores y nos da grandeza.

Fidel no pudo convertir sus sueños en realidad porque escogió el camino del socialismo radical y nunca lo abandonó a pesar de que la realidad histórica le pedía a gritos que lo hiciera. Pesó más en él su batalla personal contra el imperialismo norteamericano, trocada en colectiva, y ello le impidió abandonar la utopía. Pero justo es mencionar que luego de una etapa inicial guerrerista hizo política internacional con la salud, la educación y el deporte mientras otros la hicieron con la guerra. Y sus ideas, aun las fallidas, dejaron cosas positivas que hoy no nos permiten aprovecharlas por el sistema que persiste, pero que resultarán grandes fortalezas para catapultar nuestro bienestar en breve, cuando enrumbemos la nación.

Cabe señalar también que la gente en la calle ha amanecido con esta noticia tan importante y raro sería ver a alguien alegre, pero notable es que nadie esté triste ni llorando. Estamos hablando del gran líder. Cuando se anunció la muerte del Che en los 60, cuentan que la gente gritaba en la calle como si se tratara de un hermano o un hijo; he sabido que igualmente hubo llanto colectivo al morir Lenin, Stalin, Mao o el Tío Jo. Resulta llamativo y positivo que nuestro pueblo sienta a estas alturas respeto por los líderes de la Revolución, pero no la devoción del pasado. Es un buen síntoma no solo de desligamiento ideológico sino también de tolerancia y concordia; de ausencia de odios.

El papa Francisco y Fidel Castro cuando el primero visitó a La Habana de manera oficial en Septiembre de 2015.

Comenzará a partir de hoy una nueva etapa en la historia de Cuba. La figura de Fidel, aun endeble por la vejez, imponía un respeto inmenso por la vieja escuela socialista radical y frenaba los cambios necesarios. Sea Raúl u otro que venga detrás sin Fidel se sentirá más libre de experimentar sin censura, de abrir espacios a lo nuevo o a lo viejo que es bueno, de encontrar un camino para la reconciliación nacional y para alcanzar el desarrollo; un camino “con todos y para el bien de todos”.

Y no se trata de hacer leña del árbol caído sino de aprovechar que ya el árbol no está para construir sobre ese terreno vital que ocupó tanto tiempo un mejor edificio para la Patria. Durante cinco décadas los cubanos de allá y de acá se debatían por mantener o derribar el árbol, porque unos lo veían como Dios y otros como Diablo. Pero la historia quiso llevarnos hasta este punto en que la naturaleza misma fuese quien pusiera los puntos de inflexión.

Para Fidel sus honores; para los que lo aman y siguen sus ideas, nuestras condolencias; para sus enemigos y detractores, el agradecimiento anticipado por su sensibilidad y el deseo de un mejor escenario pos Fidel para sus ideas; para Cuba el mejor de los futuros.

 

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

  • Cancion del Dia
  • Mundo
  • Noticias
  • Segmentos

Mayra Andrade – Canción del día

La artista destacada de hoy es Mayra Andrade de Cabo Verde con la canción Tan…

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.