Envejecimiento poblacional en Cuba

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — Mucho se ha hablado en los últimos tiempos sobre el envejecimiento poblacional, no solo en Cuba, sino también en el resto del mundo, sobre todo en los países desarrollados.

En algunos lugares, para contrarrestar esa realidad, se ha importado mano de obra mediante la inmigración y se han adoptado políticas encaminadas a estimular la natalidad.

En Cuba, con el triunfo de la Revolución en enero de 1959, al cambiar la situación de miseria y de terror en que vivía el país, se produjo una explosión demográfica, que en apenas 50 años duplicó la población.

Sin embargo, el propio desarrollo social alcanzado ha frenado el crecimiento poblacional y ha incrementado la esperanza de vida al nacer, que antes de 1959 era de 60 años y hoy casi alcanza los 80.

El envejecimiento poblacional le plantea un reto al gobierno y por tal motivo, uno de los lineamientos de la política económica y social, aprobados en el sexto congreso del Partido, expresa la necesidad de “brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población”.

Ante el envejecimiento se han tomado y se están tomando una serie de medidas, como son: el aumento de la edad de jubilación en cinco años; la posibilidad de que los jubilados vuelvan a trabajar, sin perder sus pensiones; la creación y ampliación de círculos de abuelos, entre otras.

Una medida que considero será necesaria es el aumento de la capacidad y el mejoramiento de las condiciones en los hogares de ancianos, pues hay muchos longevos que carecen de cuidado familiar y necesitan que se les brinde atención social, psicológica y médica, en esa etapa de la vida.

Aunque el seno familiar es el lugar ideal para propiciar al anciano una vejez placentera, hay muchos que carecen de esa posibilidad y es responsabilidad del Estado socialista proporcionarles esas condiciones.

El ministerio de Salud Pública asume el reto ante el crecimiento del número de personas con más de 60 años y se propone seguir aumentado la expectativa de vida al nacer, mediante el perfeccionamiento de los cuidados asistenciales, que como se sabe, son completamente gratuitos.

Pero no basta con cuidar a los ancianos. La economía del país necesita remplazar esa fuerza de trabajo que va dejando de producir y para ello se hace necesario aumentar la tasa de fecundidad, que en 2011 estaba en 45,3 nacimientos por mil mujeres en edad reproductiva, y el promedio de hijos por mujeres en 1,77, cifra inferior a la de remplazo.

Muchas son las causas que inciden en la baja natalidad, entre ellas la eliminación de la discriminación hacia la mujer, el acceso de estas a la educación superior, en forma gratuita y por ende a trabajos importantes y cargos de dirección, en la producción, en la política y en el gobierno.

Este solo hecho hace que la mujer lo piense mucho antes de tener un hijo, que la mantiene alejada durante un tiempo de su actividad laboral, precisamente en la edad en que comienza su desarrollo profesional.

A mi juicio, lo señalado en el párrafo anterior es la causa fundamental de la baja natalidad; pero hay otros factores que también inciden y sobre los cuales se podrían tomar medidas, como son las dificultades para obtener una vivienda, y el encarecimiento de la vida, sobre todo los altos precios de los artículos para niños.

También incide, aunque en menor medida, la emigración de mujeres en edad reproductiva, la que debe disminuir en la medida en que mejore la situación económica del país.

Si bien es cierto que el gobierno revolucionario ha aprobado leyes que benefician a la mujer trabajadora, como es la licencia de maternidad por tres meses pagados y la posibilidad de permanecer un año sin laborar para cuidar al bebé, sin perder el puesto de trabajo; creó los círculos infantiles (guarderías), donde a partir del año de vida comienza la educación, ante la necesidad de aumentar la natalidad se hace necesario adoptar otras medidas.

En el último período de sesiones de la VII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), se creó una comisión para estudiar el tema del envejecimiento poblacional y la natalidad, muestra de que el gobierno tiene clara conciencia del problema.

Indudablemente, aumentar la natalidad en Cuba es una necesidad de carácter estratégico, que  a largo plazo beneficiará la economía y es necesario adoptar políticas encaminadas a ese fin, con medidas concretas de las que me permito sugerir dos, que sin dudas ayudarían mucho.

En primer lugar, privilegiar a las parejas que tengan un segundo hijo, con la posibilidad de obtener una vivienda, con facilidades de pago. En segundo lugar, comercializar los artículos para niños, con un margen mínimo de ganancia, con lo que se podrían disminuir considerablemente los altos precios que hoy tienen.

Esas y tal vez otras medidas que pueda sugerir la comisión encargada del asunto, podrían revertir, a mediano plazo, la tendencia que se ha pronosticado de disminución de la población, garantizando el remplazo y atenuando las consecuencias económicas del envejecimiento poblacional.