Roberto Miguel Yepe*
Dentro del espantoso escenario, los vecinos han sido extremadamente disciplinados, colocando sus desechos de la manera más ordenada posible alrededor de la zona de los desbordados contenedores, a los que ya resulta imposible acercarse. Ni siquiera la escuela primaria “28 de enero” escapa a esta deplorable situación, con un vertedero que crece por días cerca de su entrada, donde hace tiempo dejaron de existir un par de contenedores.
Como residente de la zona, he hecho reiteradas llamadas a la dirección de Comunales y al gobierno de Boyeros, desde donde me han respondido que tienen una situación muy difícil con los carros recolectores de basura, pero no pueden ofrecer ninguna información precisa sobre cómo piensan solucionar esta situación. Tampoco he tenido conocimiento de que alguna autoridad, ya sea de Comunales o del gobierno local, se haya acercado de alguna forma a los vecinos del barrio para ofrecer alguna información o explicación al respecto.
Por su parte, los medios informativos no reflejan adecuadamente esta situación tan grave y notoria. Se requiere una investigación periodística profunda para explicar a la ciudadanía las causas de este fenómeno y qué medidas las autoridades han adoptado o piensan adoptar para enfrentarlo y darle una solución duradera.
Somos plenamente conscientes de las dificultades económicas del país, pero nada justifica la dejación de esta responsabilidad pública básica. Alguna solución tenía que haberse buscado, pues está en juego la salud de la gente, incluido un número importante de niños, dentro de un complejo panorama sanitario y de salud pública en el que concurren el dengue, el chikungunya y otras enfermedades.
Recientemente Cuba fue capaz de brindar una contribución enorme y heroica para enfrentar el ébola en África. También envió a una brigada para la prevención de epidemias en el norte de Chile. Muchos cubanos hemos sido educados en esa irrenunciable vocación internacionalista que nos hace mejores seres humanos. Pero el internacionalismo, para ser legítimo y poder gozar de todo el apoyo popular que merece, debe comenzar en casa. Para los residentes de Aldabó, eso pasa por asegurar la recogida de la basura que hoy nos rodea.
Por tanto, la ausencia de este servicio provoca en el ciudadano una sensación de abandono, irresponsabilidad y desgobierno que tiene consecuencias nefastas en los planos político y social. Si las autoridades locales del municipio Boyeros carecen de los recursos para enfrentar esta situación, los niveles superiores del gobierno deberían tomar cartas en el asunto. Y de manera rápida.
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(*) Roberto Miguel Yepe es jurista y vive en Aldabó, Boyeros, La Habana.
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