El verdadero comunista cubano

Por Julio Suárez Ricardo*

Milicianos en el acto político y ceremonia militar en ocasión del aniversario 55 de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución cubana y día del miliciano, realizado en la Plaza de Armas de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en La Habana, el 15 de abril de 2016.Foto: Abel Padron Padilla/ACN

HAVANA TIMES — Llevo años observando si puede haber un verdadero comunista, si son esencialmente buenos o esencialmente malos. Es algo muy complejo.

Llevo años oyendo sus confesiones, mirándoles a los ojos, lo mismo ebrios que sobrios. Estuve dentro de sus filas por mucho tiempo, los conozco en las malas y en las buenas, si es que ha habido buenas.

El verdadero comunista cubano te delata en nombre de la Revolución, sin sentir el menor pudor. La mayoría de los que quedan son ancianos ya, juran que antes de la Revolución se morían de hambre. Mis primeras memorias son de 1962 y no recuerdo desnutridos, la gente se alimentaba y vestía decente.

Estos ancianos se jubilan de su trabajo, pero no se retiran de la vigilancia. Sentados en sillas de ruedas en un quinto piso del Vedado Habanero, informan de todo lo que ven por su ventana, le basta un teléfono. No cambian su pensar, quieren morirse como vivieron, como dijo Silvio Rodríguez, solo que Silvio ha vivido bien. Algunos siguen aún perteneciendo al Partido Comunista y hacen todo este trabajo sucio y poco digno, pasando grandes penalidades, sirven de soporte a los que viven mejor. Son los ¨militontos¨ del Partido.

El verdadero comunista cubano llama gusano a quien no piensa como él, está convencido que quien no piensa como él es un gusano, esto es que no es humano, y por eso no siente el menor remordimiento al delatarlo, maltratarlo, golpearlo si es necesario, encarcelarlo. Y de ahí que afirme con toda seguridad que no se violan los derechos humanos en Cuba, pues los gusanos, no son humanos….

El verdadero comunista cubano antepone la ideología a la propia familia. Puede mentir en nombre de la Revolución, y no es pecado.

El verdadero comunista cubano vive repitiendo que es combatiente, aunque nunca haya combatido, de ahí que en Cuba sesenta años después de una escaramuza, y cuarenta años después de una incursión por África haya más combatientes que en Vietnam.

El verdadero comunista cubano generalmente viste, calza y usa la tecnología capitalista, y si visita un país capitalista, regresa cargado de baratillas, y dice que el capitalismo: no sirve.

El verdadero comunista cubano ve bien que los rusos invadan y maten, pero condenan a los estadounidenses cuando lo hacen.

El verdadero comunista jura que Cuba es el mejor país del mundo para vivir, aunque ni siquiera hayan visitado otro país.

El auténtico comunista cubano jura que alguien que no piense como él, aunque haya nacido y vivido en Cuba, no es cubano. Y cuando alguien critica su revolución, simplemente pone su rostro más feo y dice “no te permito” que hables así. Tienen el monopolio de las mentes, los pensamientos y las ideas.

El verdadero comunista cubano sufre por el bienestar del prójimo, anhela a todos sumidos en la miseria. Odia al rico, y si pudiera, fuera rico.

El verdadero comunista cubano solo lo puede ser por tres motivos: por  falta de información, por  idiotez y por conveniencia.

Un verdadero comunista cubano mantiene a raya a noventa y nueve compatriotas: con el apoyo del Ejército, la Policía, la Seguridad del Estado y todo tipo de paramilitar.

El verdadero comunista cubano es antirreligioso. Si llega a pertenecer a alguna religión, es, que en el fondo no es ni comunista ni religioso, mucho menos cristiano, porque el comunista es cruel con sus enemigos, nada que ver con el ¡amad a vuestros enemigos¡ del evangelio.

El viejo verdadero comunista cubano inculcó el miedo y la apatía por los destinos del país a las siguientes generaciones.

El verdadero comunista cubano, cuando oye una verdad incómoda, al no poder rebatirla ataca a quien la dijo: lo califica  de delincuente, o de gay, o de mercenario, hasta puede afirmar que cuando era escolar se comía la merienda de sus compañeritos.

Estos verdaderos comunistas cubanos son los verdaderos responsables de la caída de sucesivas generaciones. “La generación naciente no es la que degenera; si se corrompe, es que los hombres maduros estaban ya corrompidos”, dijo Montesquieu en El Espíritu de las Leyes.

Si alguien se siente molesto por este escrito, porque se considera un verdadero comunista cubano y no actúa como está descrito aquí, que no se preocupe: no lo es.

*Lector invitado de Havana Times

 

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