Desarrollo hidráulico en Cuba, un avance innegable

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — El desarrollo de un país tiene muchas aristas, numerosos campos en los que se debe trabajar, casi al mismo tiempo, si se quieren lograr avances significativos.

Cuando el primero de enero de 1959 fue derrocado el dictador Fulgencio Batista y triunfó la Revolución popular, Cuba estaba sumida, no solo en la más cruel y sangrienta represión, que dejó más de 20 mil muertos y desaparecidos en solo siete años, sino también en el atraso, el subdesarrollo y el abandono.

Algunos argumentan que Cuba era el país más avanzado de América, pero eso, lejos de ser un consuelo, me produce aún mayor tristeza, porque da la medida de la horrible situación en que se encontraban los demás pueblos del subcontinente.

Los enemigos de la Revolución cubana aceptan a regañadientes los avances en Salud y Educación, pero ignoran el resto de los éxitos logrados en estos 53 años de gobierno revolucionario, en lo social, lo económico, la ciencia, la cultura y el deporte.

En el campo económico, se ha avanzado en todos los sentidos, no tanto como todos quisiéramos, porque el país ha estado sometido, desde el mismo triunfo de la Revolución, a una guerra de desgaste para causar en el pueblo cubano hambre, enfermedades y desesperación, que lo lleven a derrocar al gobierno. Eso no lo digo yo, está escrito en un memorándum de un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos. Es difícil imaginar una política más cruel y despiadada.

Del desarrollo económico en Cuba, podría referirme a muchos aspectos, pero hoy solo voy a comentar sobre el desarrollo hidráulico: una tarea vital, en muchos sentidos y que se encontraba, como el resto de la economía, sumida en el atraso y el abandono.

En 1959, la capacidad de embalse de agua en el país era solo de 48 millones de metros cúbicos, que se dedicaban al abasto a algunas poblaciones y al riego de la caña en unos pocos lugares.

De 300 núcleos poblacionales existentes, menos de la mitad tenían acueducto y de estos, solo el 50 por ciento recibían potabilización.

En general, la agricultura dependía del régimen de lluvias para su producción.

Fue en octubre de 1963, luego de la catástrofe ocasionada por el ciclón Flora, con enormes inundaciones, más de mil muertos y grandes pérdidas económicas, cuando se decidió acelerar los planes de desarrollo hidráulico, para construir todas las presas que fueran necesarias, con vistas a evitar nuevas inundaciones y garantizar el abastecimiento de agua en la época de sequía, tanto para la actividad agropecuaria, como para los núcleos poblacionales.

En la actualidad, la capacidad de embalse de agua en el país sobrepasa los nueve mil millones de metros cúbicos, en 240 presas, lo que garantiza que toda esa cantidad de agua, que antes se perdía en el mar, pueda ser aprovechada.

La actividad de acueductos también ha tenido un gran desarrollo, pues de 13 lugares que contaban con ese servicio en 1959, hoy son dos mil 416, con más de 22 mil kilómetros de redes y más de dos mil instalaciones de potabilización.

Además, como un subproducto de la actividad hidráulica, se ha desarrollado la acuicultura, cultivo de peces de agua dulce, que hoy aporta al balance alimentario del país casi tanto pescado como la pesca en el mar, que cada día está más agotado.

Otro subproducto del desarrollo hidráulico es la producción de energía eléctrica, pues a pesar de que no existen condiciones para construir grandes centrales hidroeléctricas, se han aprovechado todas las posibilidades, por pequeñas que sean, y ya existen 179 instalaciones, que producen anualmente unos 30 mil megawatt/hora de los cuales el 90 por ciento se entrega al Sistema Eléctrico Nacional. El resto beneficia a más de 25 mil personas y 500 objetivos económicos y sociales.

Esta rama de la actividad hidráulica se sigue desarrollando, pues según los estudios realizados, existe una potencialidad de 1,2 millones de megawatt/hora, lo que podría ahorrarle al país cada año 350 mil toneladas de fuel oil.

El país ha invertido grandes recursos en el desarrollo hidráulico, lo que se ha revertido en un considerable aumento de la producción agropecuaria y una garantía de la seguridad alimentaria en las épocas de sequía y también en el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos en los centros urbanos y semiurbanos.

¿Cuántos países existen hoy en el mundo subdesarrollado que todavía se mantienen en las mismas condiciones que tenía Cuba en 1959? El lector podría buscar este dato y sacar sus propias conclusiones.