Según el informe, las técnicas utilizadas por la CIA en sus interrogatorios, luego de los ataques del 11 de setiembre del 2001, fueron «más brutales» de lo que hasta ahora se sabía.
El informe fue elaborado durante cinco años por el Comité de Inteligencia del Senado norteamericano.
Allí se indica que la CIA engañó a la Casa Blanca sobre la efectividad de su programa de «interrogatorios reforzados».
El documento aborda el uso de controvertidos métodos de interrogatorio a sospechosos y miembros de Al Qaeda retenidos en instalaciones secretas en Europa y Asia.
Esta situación ocurrió en los ocho años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Según indica el estudio, los métodos de interrogatorio empleados por la CIA incluían el water-boarding (simulacros de ahogamiento), los simulacros de ejecución, y la privación de sueño y las posturas en tensión prolongadas.
Todos estos actos están absolutamente prohibidos sin excepción y en todas las circunstancias. La desaparición forzada también constituye un crimen de derecho internacional.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, quien presentó el estudio, insistió en la necesidad de que sea utilizado “para restablecer los valores del país”.
Las conclusiones del informe “dejan claro cómo este programa era moral, legal y administrativamente un error”, agregó la senadora.
El analista político Patricio Zamorano recuerda que la CIA utilizaba a otros países para aplicar dichos métodos, porque en esos lugares la tortura no es perseguida como en Estados Unidos. (Pablo Florencio Salazar – Agencia Púlsar)