Costa Rica se ha quedado sola ante crisis por oleada de inmigrantes cubanos

Por Ernesto Ramírez

HAVANA TIMES (dpa) — Costa Rica se ha quedado literalmente sola con la crisis provocada por una oleada de inmigrantes cubanos, de los cuales tiene varados a casi a 6.000 en su territorio.

Hoy por la tarde, su presidente, Luis Guillermo Sólis llega a Cuba en una visita oficial y sostendrá conversaciones con el presidente cubano Raúl Castro donde se espera que el tema de los migrantes cubanos estará presente.

Los inmigrantes siguen llegando al puesto fronterizo de Peñas Blancas, en la frontera con Panamá, y el Gobierno costarricense se encuentra con las manos atadas, en medio del desinterés del resto de naciones del istmo centroamericano, que han optado por hacer la “vista gorda” o negar el paso a estos ciudadanos, que pretenden llegar a Estados Unidos.

El Sistema de Integración Centroamericano (SICA), un foro político y económico que agrupa a las naciones centroamericanas, Belice y República Dominicana, no ha podido lograr un consenso que permita aliviar el problema. Costa Rica insiste en que se trata de un problema regional, que involucra además a Cuba, el país emisor de los inmigrantes, a México, a Colombia y a Ecuador, país en el que arranca el corredor por donde transitan los cubanos en busca de su “sueño americano”.

Nicaragua primero, luego Guatemala y esta semana Belice respondieron con un rotundo “no” a la petición de Costa Rica para que permitieran el paso a los inmigrantes, a fin de que pudieran seguir la ruta, vía México, hacia Estados Unidos. En ese país reciben trato migratorio preferencial al amparo de la ley de Ajuste Cubano de 1966.

“Me ha sorprendido la falta de solidaridad” de los países centroamericanos, dijo esta semana un compungido presidente Luis Guillermo Solís, que imploró a México, Colombia y Ecuador que adopten medidas que coadyuven a una solución regional de la crisis migratoria.

Ante este drama, el Gobierno costarricense anunció que incluirá el tema de la oleada migratoria como eje central de las conversaciones que sostendrá a inicios de la próxima semana con el presidente cubano, Raúl Castro, en La Habana, durante una visita oficial de dos días a la isla que inicia el domingo.

El canciller costarricense, Manuel González, dijo esta semana que Costa Rica espera que Cuba haga uso de su amistad con algunos países de la región, en especial Nicaragua y Ecuador, que desde el 1 de diciembre comenzó a exigir visados a los ciudadanos cubanos, para que trate de convencerlos de avanzar hacia una salida humanitaria al problema.

Mientras, en territorio costarricense, los emigrantes cubanos se encuentran desesperados. La estancia forzada se prolonga. Es casi seguro que estarán aún en Navidad. Algunos cumplen más de un mes varados en territorio costarricense. El jueves, Solís dio a entender que irá a la cumbre de mandatarios del SICA, que se efectuará el 18 de diciembre en El Salvador, con una posición fuerte, e insinuó incluso que su país podría abandonar esa instancia si se mantiene la indiferencia ante el problema.

“Yo no cierro ninguna posibilidad en un tema que es medular para Costa Rica”, advirtió el mandatario. La crisis migratoria se originó cuando Costa Rica desbarató una banda de traficantes de personas que contactaban a los emigrantes en Ecuador y les prometía llevarlos hasta Estados Unidos a cambio de fuertes sumas de dinero.

El golpe dado por la policía costarricense dejó a esos ciudadanos a la deriva en territorios de Colombia y Panamá, a la que Costa Rica le ha pedido también que ponga más grilletes para evitar el paso de más inmigrantes hacia Costa Rica.

El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba ha provocado temor entre muchos cubanos a que la ley de Ajuste Cubano sea reformada o derogada, y eso ha estimulado a la vez la salida, legalmente, de muchos de ellos de la isla.

Todos salieron vía aérea hacia Ecuador, que no les ponía restricciones de ingreso a su territorio hasta el 1 de diciembre. Costa Rica decidió prolongar por un mes más una visa temporal de estancia a unos 5.000 emigrantes cubanos. Otros mil aguardan en la zona fronteriza con Panamá.

Los que ingresaron están agolpados en casi una treintena de albergues ubicados en la zona fronteriza norte. Nicaragua argumenta razones de “seguridad nacional” para impedir el paso de esos inmigrantes, Guatemala exige condiciones por escrito a México de que los recibirá y Belice dijo que el problema debe ser resuelto a nivel regional.