Lo que ha paralizado a Venezuela no es el Covid19

Por Caridad

 

HAVANA TIMES – Poco más de quince días han transcurrido luego de que se decretara la cuarentena en Venezuela.

Una cuarentena en un país donde apenas hay producción, donde la mayor parte de lo que se consume a cualquier nivel es importado, no provoca demasiado impacto. Las clases en las escuelas ya estaban muy mermadas en calidad y cantidad. La gente de clase media hacia abajo ya casi había olvidado el acostumbrado paseo o reunión con amigos los fines de semana. Los comerciantes ya vendían sus productos con precios inflados.

En Venezuela, todavía, no está afectando el virus del momento con la fuerza que lo hace en otros países. Lo que está aumentando el caos habitual es que NO HAY GASOLINA.

Hoy me despierto con la información, filtrada en las redes sociales, del envío a Cuba de varios barcos con gasoil. Cuba ha logrado que Venezuela haga lo mismo que ha hecho el Gobierno de los Castros durante más de cincuenta años: “Regalar” a otros países lo que le está negando al pueblo.

En el país miembro fundador de la OPEP hoy están cerrado la mayoría de sus centros expendedores de gasolina. En los pocos que están abiertos solo se le vende a los militares y policías y, con suerte, a los médicos que trabajan en centros hospitalarios públicos.

¿Se está dando prioridad a los productores agropecuarios y a quienes movilizan los alimentos desde el campo? No.

A la crisis y desidia gubernamental que enfrentaban los productores campesinos, ahora se le suman las medidas de cierre de mercados abiertos y la no venta de gasolina, que no solo necesitan para movilizar los productos hacia la ciudad, también para producir los alimentos mismos.

¿Podemos vivir sin papas, yucas, plátanos, cebollas, frijoles, maíz… y un largo etc. de productos? Ese será el costo no solo a corto plazo, cuando a las ciudades y pueblos dejen de llegar; pero también cuando dentro de unos meses ya nadie recuerde la cuarentena y se hayan perdido las cosechas por falta de interés gubernamental. El virus, dirán ellos, si todavía se encuentran en el poder, el virus ha sido el causante de esta hambruna y sus consecuentes enfermedades.

Quienes están al tanto de esta situación en los campos de Venezuela prevén que en uno o dos años el país dependa totalmente de las importaciones en materia de alimentos. ¿Alguien puede imaginar algo más aberrante en un país con grandes extensiones de tierra cultivables y con una de las mayores reservas de agua del planeta?

Y, en todo caso, ¿cómo se van a comprar esos alimentos si ya no son capaces de mantener tan siquiera la industria petrolera? Creo que el Gobierno tiene planeado cambiar las reservas de oro y otros minerales por quintales de arroz y azúcar. ¿Eso no les recuerda algo? Venezuela continuará cambiando el oro por espejismos.