Se persigue debilitar el turismo a Cuba

Por Fernando Ravsberg

Foto: Ernesto González

HAVANA TIMES – En los años 60 el Departamento de Estado elaboró un documento en el que reflejaba la estrategia para seguir en Cuba, decía que de forma sutil debían provocar hambre, miseria y desesperación entre la gente para empujarlos a rebelarse y derrocar al gobierno.

Esa ha sido la guía de la política estadounidense desde Eisenhower hasta la fecha. Primero dejaron de comprar el azúcar, después se negaron a venderle petróleo, más tarde vino el Embargo y después su internacionalización, con una ley que castiga a empresas de terceros países.

Dos presidentes se percataron de que solo haciendo algo diferente se podría obtener un resultado distinto. En los periodos de James Carter y Barack Obama se construyeron puentes para avanzar hacia unas relaciones más normales entre las dos naciones.

Lo que vino después de ellos –Ronald y Donald- fue una violenta corrección del rumbo redirigiendo los esfuerzos a atacar la economía del cubano de a pie, para que este haga lo que la oposición armada, la invasión organizada por la CIA y la disidencia no han sido capaces de hacer.

Cada vez que Cuba encuentra formas de financiamiento comienzan las campañas para destruirle sus fuentes de ingresos, el sabotaje al trabajo de los médicos cubanos contratados por otros países es un buen ejemplo, incluso se les ofrecían visas-express para tentarlos.

Ahora el objetivo parece ser el turismo, una locomotora que puede arrastrar a otros sectores económicos y que avanza a gran velocidad. En junio Trump prohibía hacer negocios “con los militares” y no es casual, es en la industria turística donde el GAE tiene su mayor peso.

Turistas en la Plaza de la Revolución.

Pasado el huracán Irma el Departamento de Estado lanzó una alerta de viaje, recomendando a los ciudadanos de EEUU no visitar la isla debido, supuestamente, a peligrosas situaciones sanitarias que viviría el país, problemas con el agua y los cortes eléctricos.

Tal recomendación debería ser motivo de burla cuando la recuperación eléctrica de Cuba fue más rápida que la de La Florida y Puerto Rico, el agua potable llegó a los hogares junto con la luz y el sistema de salud es el mejor entrenado para enfrentar desastres naturales.

El siguiente paso fue advertir a los visitantes que algunos turistas estadounidenses habrían sufrido “ataques acústicos”, es decir que el gobierno cubano se estaría pegando un tiro en su propio pie, provocando acciones para frenar el crecimiento del turismo a la isla.

Los famosos ataques acústicos denunciados por los agentes de la CIA en La Habana no tienen ni pie ni cabeza, no presentan nombres de las víctimas, no enseñan partes médicos y se realizaron con un arma fantástica que viola todas las leyes de la física, según The New York Times.

El plan parece ser generar incertidumbre, para que esta provoque temor y el miedo reduzca el número de turistas estadounidenses, el cual era el grupo de más rápido crecimiento. El mercado de EEUU podría haber duplicado el número total de visitantes en pocos años.

Escribió Eduardo Galeano hace décadas que “Se juzga a Cuba como si no estuviera padeciendo, desde hace más de 30 años, una continua situación de emergencia. Astuto enemigo, sin duda, que condena las consecuencias de sus propios actos”.

Foto: Raquel Pérez Díaz

Sin embargo, de las autoridades cubanas sí depende encontrar grietas en ese bloqueo y formas de responder eficazmente al acoso, reduciendo al mínimo posible el nivel de daños. ¿Lo están haciendo hoy? ¿Responderá el Ministerio del Turismo (Mintur) inteligentemente al sabotaje?

Una persona vinculada al servicio de inteligencia cubano me dijo hace pocos días que los “ataques acústicos” eran totalmente falsos pero, agregó, que la campaña los tomó por sorpresa.

El ataque a la industria turística es tan evidente que no debería sorprender a nadie. El Mintur debe estar dedicado a reactivar todos los polos turísticos antes del inicio de la temporada alta pero no bastará eso para llenar los hoteles. Con una campaña en contra desde Washington, Cuba deberá “mostrar” que está lista y dicen que vista hace fe.

Hace 15 días estuve en Varadero y prácticamente no se nota el paso de Irma. La Habana, como Ave Fénix que resurge de los huracanes, tiene todos sus servicios activados. El malecón volvió a ser sofá de enamorados y borda de pescadores. Y La Habana Vieja anda más joven que nunca.

Incluso el huracán multiplicó la cantidad de arena de las playas cubanas pero todo esto hay que “mostrarlo” al mundo de forma que las imágenes de la resurrección derriben la campaña de Washington para crucificar el turismo en Cuba.

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