HAVANA TIMES — Cada vez son más y nos dejan sin cerveza. Después de chocar con el sol caribeño, los turistas se la beben como agua. Las cerveceras, producen la mitad de lo que se necesita y ya no pueden más. Este año habrá que importar millones de litros, 4 o 5 veces por encima de lo previsto.
Son tantos que la ciudad de Trinidad se desbordó, todas las habitaciones de los hoteles y las 1000 de los hostales privados estaban ocupadas. El Presidente municipal y sus delegados andaban de casa en casa rogando a los vecinos una cama para que los turistas pasaran la noche.
Si esto ocurre con un crecimiento del 17%, hay que imaginar lo que nos caerá encima cuando EEUU derogue la ley que prohíbe a sus ciudadanos hacer turismo en la isla. La “invasión americana” podría duplicar el número total de turistas que recibe hoy Cuba.
Los temas de infraestructura solo podrán solucionarse en la medida en que el esfuerzo sea de toda la nación, incluyendo a estatales y privados. Pero, si se pretende poner la oferta al nivel de la demanda, habrá que soltar las manos a quienes trabajan en el sector.
Aún queda mucho lastre burocrático, faltan mercados mayoristas donde adquirir los insumos y siguen las restricciones para obtener permisos de construcción entre quienes quieren adaptar sus viviendas a las exigencias del turismo internacional.
Pero si las infraestructuras e incluso la legislación andan a ritmo de tortuga, la adaptación social al fenómeno del turismo masivo es un tema del que ni siquiera se habla, a pesar de que el impacto en las comunidades “beneficiadas” puede ser muy pernicioso.
Ya el país debería contar con investigaciones socioeconómicas sobre los efectos del turismo en los polos y en las comunidades cercanas. Varadero y su entorno son un laboratorio único para medir y prevenir lo que ocurrirá en los balnearios del futuro.
En la ciudad de Cárdenas han florecido restaurantes exquisitamente decorados que ofrecen WIFI… del parque, cientos de motos eléctricas circulan por la ciudad y, paseando por sus calles, decenas de turistas en busca de una Cuba más auténtica que Varadero.
Pero toda esa prosperidad se diluye en las afueras, al llegar a los barrios marginales donde viven en chabolas una parte de los que levantan los hoteles de lujo y otros más que vienen de sus provincias atraídos por la fiebre de las propinas en moneda dura.
Allí los proxenetas reclutan a algunas de las chicas que “protegen y administran”, igual que lo hacían antes de 1959, explotándolas a cambio de migajas. Ellos tienen los contactos en los hoteles, lo cual les permite trabajar desde fuera de Varadero para eludir a la policía.
Cuba cuenta con decenas de miles de psicólogos, sociólogos, etnólogos y otros especialistas capaces de investigar y proponer mecanismos que permitan a las comunidades de los futuros polos turísticos campear mejor el inevitable impacto que les sacudirá hasta las raíces.
Construir habitaciones y fabricar más cerveza no será suficiente para la avalancha que caerá sobre la isla. Se necesita acondicionar a las comunidades para una integración armónica a una industria que presume de no producir humo y, sin embargo, contamina.
Muchos turistas se apuran a venir a Cuba antes de que los americanos la estandaricen, la conviertan en un centro turístico más como los que existen en otras partes del mundo. Sin embargo, para ser justo no habría que culpar a los EEUU si la isla pierde “su encanto”.
Darse un paseo por la calle Obispo es una muestra de cómo podemos “estandarizarnos” sin ayuda de nadie. Cada casa, local, entrada, portal e incluso cada escalera se ha convertido en un timbiriche para turistas donde se venden exactamente las mismas cosas.
En todos los restaurantes y bares se oyen los mismos ritmos y las mismas canciones. Produce tristeza que una potencia musical del nivel de Cuba muestre a los turistas solo lo “típico”, como si careciera de talentos capaces crear e interpretar cualquier clase de música.
¿Tienen los pintores o los escultores un espacio en la industria hotelera? ¿Hay libros de autores cubanos en los hoteles para prestar o vender a los clientes? ¿Tienen los turistas contacto con las comunidades cercanas? ¿Se ofrecen espectáculos de música variada?
El turismo es capaz potenciar la cultura y la comunidad pero no ocurre espontáneamente, es necesario planearlo, evitando auto limitarse. ¿Para que ofrecer al turista una caricatura de lo que somos cuando podemos sorprenderlo con un gigantesco universo de creación?
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