La vida de Mercedes, una cubana con retos

Erasmo Calzadilla 

Mercedes González Amade

HAVANA TIMES, 27 feb — A través de un amigo conocí a María de las Mercedes González Amade, una joven habanera que en la infancia quedó discapacitada. Mercedes camina con mucha dificultad y su vida es una lucha por no quedar postrada pero intenta sea más que eso. 

HT: ¿Podrías contarnos algo sobre tu infancia y de cómo enfermaste?

Mercedes Gonzalez Amade: Yo nací en esta misma casa hace 36 años siendo una niña sana y de bebé tuve una fiebre alta que convulsioné. Mi madre que era muy joven no se dio cuenta de nada hasta que di los primeros pasos y vieron que cojeaba. Entonces empezaron a investigarme y después de muchas pruebas me diagnosticaron una leve lesión cerebral que afectó la locomoción.

En la infancia y de joven tuve que operarme muchas veces y pasar meses enteros en rehabilitación no obstante a eso hice un gran esfuerzo y me gradué de Técnico Medio en Química de los Alimentos en el 1993.

Los estudios no me sirvieron de mucho porque en esa época no había esa cultura de la integración del discapacitado a la sociedad. Empecé a trabajar de lo más bien pero al año hubo una reducción de plantilla y quedé fuera; más nunca conseguí trabajo en mi especialidad.

HT: ¿Y lo intentaste?

MGA: Sí, sí. Varias veces mis compañeros me avisaron de plazas vacantes en distintos lugares;  para allá iba yo entusiasmada y cuando me veían mi estado me rechazaban.

Después quedé embarazada y tuve a mi niño, que es una bendición, pero quedé en un sillón de ruedas por unos meses.

A partir de entonces tengo que hacer rehabilitación casi todos los días desde temprano en la mañana hasta la tarde, tratando de alargar el momento en que quede postrada en un sillón de ruedas. He comenzado en otras cosas y siempre pasa algo; hasta una mesa de merolico monté con el dinero de un amigo pero por pasarme  tanto tiempo sentada se me resintió la salud y tuve que dejarla. Estaba cambiando salud por dinero y no tiene sentido.

Al no poder conseguir trabajo el Estado me ofrece una ayuda económica, soy asistenciada. Eso significa que me dan 200 pesos cubanos (10 usd) al mes que no alcanza ni para empezar, pero bueno, “recibo una ayuda económica”. Con eso tengo que pagar los equipos electrodomésticos, la luz, el gas, el teléfono más todos los gastos que implica un niño chiquito. Sí porque soy madre soltera, madre total, madre y padre; con el padre no puedo contar ni para que me cuide al niño cuando ingreso.

HT: Tengo entendido que ayudas a los discapacitados de tu comunidad.

El pasillo de la casa.

MGA: Yo pertenezco a la ACLIFIM (Asociación Cubana de Impedidos Físicos y Motores) que es la organización que atiende  a los discapacitados y facilita su integración a la sociedad, cosa que ha logrado bastante, bastante. Por la ACLIFIM atiendo un área bastante grande en mi municipio (Marianao). Mi misión es visitarlos y aunque uno no resuelva nada por lo menos escucharlos e informar a los superiores las necesidades que tienen para ver qué se puede resolver; además darles información, guiarlos porque están como atrapados y no saben qué hacer.

Ayudo a eso, también a integrar a los discapacitados jóvenes al deporte, o si quieren superarse gestionarles algún curso. Hay una escuela campamento destinada a ellos en Santiago de las Vegas (fuera de la ciudad) donde se imparten clases de Inglés, artesanía, medicina tradicional… En fin, la idea es tratar de integrarlos un poco más y que no se sientan tan desamparados, tan solos batidos contra el mundo.

HT: Me hablas de la ACLIFIM pero el Estado ¿cómo ayuda a los discapacitados?

MGA: Bueno está la atención médica gratuita, nos cobran la mitad del pasaje en el transporte público y en algunos casos nos dan tratamiento de Caso Social, como a mí, pero lo que nos da el Estado queda muy por debajo de nuestras necesidades. Tu vez estos zapatos feos que yo uso, así como tú los ves valen 40 dólares en la calle ¿Usted cree que un discapacitado puede pagar 40 dólares por un par de zapatos ortopédicos? Y si te los mandas a hacer por el Estado puede que pases 4 años descalzo esperando por ellos.

Hay discapacitados que tiene problemas más graves, que necesitan sondas y otros dispositivos que no los hay. Cuando las sondas son viejas eso puede provocar una infección, yo tengo un amigo que murió así a los 23 años. O sea, es verdad que tenemos muchos problemas: el Bloqueo y esas cosas, pero hay personas que necesitan ayuda.

La cocina.

Algunos discapacitados tienen facilidades económicas pero la gran mayoría son personas muy humildes. Y entonces eso: el Estado lo que hace es, disculpa que lo diga, como que un poco de propaganda.

HT: Mercedes vive con su hijo en un pequeño cuartico que en realidad es la sala transformada de una pequeña casa en ruinas donde se alojan 15 personas más.

¿Has hecho alguna gestión para salir de aquí?

MGA: Mira, en Marianao somos mil y pico de asociados (a la ACLIFIM), y yo creo que más del 60 % tiene problemas de vivienda, algunos muy serios.

Yo estoy en un círculo vicioso porque he hecho todo tipo de gestiones y nada. Escribí al Comité Central, a la Plaza de la Revolución, al Partido, a la ACLIFIM y nada.

Vivienda tiene que entregarle a la ACLIFIM 2 apartamentos anuales pero lo que es aquí en Marianao ha habido mucha corrupción, y desde el 2003 no daban ninguno. La lista es enorme pero la corrupción es más grande todavía.

El techo.

Desde que estoy en estas gestiones he conocido a 4 directores de Vivienda y todos han terminado presos; ya por último cayó la secretaria. Las viviendas de los discapacitados se las repartían entre ellos.

HT: Hablas en pasado ¿Crees que las cosas van a cambiar?

MGA: Bueno, pusieron un jefe nuevo y cada vez que lo cambian uno tiene esperanza de que este no sea corrupto. Pero hay mucha corrupción, podrían dar una de arena y otra de cal; que se vea que el humilde también resuelve.

Yo no pido un palacio, solo pido un lugar donde pueda estar con mi hijo porque aquí dormimos los dos en este cucurucho de 3 x 4 y cuando uno tiene una discapacidad necesita condiciones. Por ejemplo el pasillo de la casa tiene un desnivel y tropiezo cada vez que paso; hace poco me caí y me fracturé una pierna que aquello fue horrible porque el hueso no sellaba.

Además debido a la parálisis cerebral padezco de espasticidad; eso es que me voy contrayendo poco a poco de los pies hacia arriba y cuando llega a la cintura me caigo y hasta me orino. Eso me da por la humedad y por el estrés, que son de las cosas que más tengo aquí.

El neurólogo me dice: “No puedes discutir, no puedes estresarte, no puedes ponerte nerviosa”, pero donde conviven tantas personas siempre hay conflictos y así me paso 22 de las 24 horas del día estresada. Lo que avanzo en un mes de rehabilitación, horas y horas poniendo de mi empeño, puedo perderlo en un disgusto.

Además la influencia familiar está afectando la educación de mi hijo porque si él ve a mis primos fajándose a machetazos el día de mañana quién le dice que no lo haga.

Somos un núcleo disfuncional, es decir, vivimos juntos pero cada uno hala para su lado. Y yo estoy aquí como aquel que dice prestada; cuando las cosas no se hacen como los dueños quieren me amenazan con echarme.

HT: ¿Entonces qué esperanza te queda?

MGA: Ahora el Estado está asignando subsidios para construir casas pero te decía que aquí no puedo hacer nada porque no soy propietaria y no dispongo, tendría primero que conseguir un terreno. El Estado tiene terrenos pero para empatarse con ellos hay que ser de la guara*.

Aquí cerca había uno desocupado y aunque lo pedí muchas veces al final se lo dieron a una muchacha casada con un extranjero; una familia con posibilidades que no es ni de por aquí, aunque la ley es que los vecinos tengan prioridad. La otra opción es comprar un terrenito a un particular pero están a más de 5000 pesos, ¿de dónde saco yo ese dinero? 

HT: Veo que estás muy centrada en este asunto de la vivienda ¿no tienes otros sueños o aspiraciones aparte de conseguir una?

MGA: Bueno, quisiera reintegrarme, buscar un trabajo. Unos amigos quedaron en enseñarme a trabajar con Papier Maché… Si me dedicara a eso podría tener el taller en la casa y solo saldría a entregar los materiales.

HT: Última pregunta Mercedes, si alguien leyera esta entrevista y quisiera ayudarte de alguna manera cómo podría contactarte?

MGA: Mi teléfono es el 265 2095 y tengo un correo que me revisa un amigo: (mercegamade@gmail.com). Por ahí me pueden contactar para lo que pueda servir.

HT: Gracias por dejarnos entrar a tu intimidad

MGA: Gracias a ustedes por escucharme.

 

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