Entrevista con el director de Diario de Cuba

No se puede hacer buen periodismo pensando si es de izquierda o derecha

Por Yusimí Rodríguez                

Pablo Díaz.  Foto: Yenia Rivero

HAVANA TIMES — Diario de Cuba (DDC) nació en un Starbucks madrileño, en 2009. Sus creadores, Pablo Díaz (director) y un grupo de periodistas, artistas e intelectuales cubanos, querían desarrollar un medio que contribuyera a la discusión pública democrática cubana, transcendiendo el tema de los derechos humanos.

Pablo Díaz: Existían muchos proyectos dedicados a la violación de estos en Cuba y queríamos abarcar política, deporte, cultura, opinión. Nos proponíamos reproducir lo que sería un medio en una sociedad democrática, para ayudar a reconstruir la cubana. Esos eran y son nuestros objetivos; vemos una deficiencia en la pluralidad y el alcance de la información en Cuba. El castrismo ha controlado férreamente y manipulado la información. Las nuevas tecnologías son una herramienta para romper los dos pilares en los que creo se ha basado el castrismo: destrucción de la sociedad civil y manipulación de la información.

Pablo (41 años) nació en Cuba, llegó a la ex RDA un poco después de la caída del muro, por lo que vio la caída del socialismo en ese país. Su padre, el escritor, guionista y cineasta cubano Jesús Díaz, fundó la revista Encuentro con la Cultura Cubana. Pablo fundó y dirigió de 2000 a 2009 el portal Cubaencuentro. Entrevistarlo me ha permitido conocer más sobre un sitio que el poco acceso a Internet en Cuba me impide ver con regularidad (aunque no está bloqueado por el gobierno), y clasificado por algunos de derechista.

HT: En Cuba, algunos consideran DDC un medio de derecha. ¿Qué opina al respecto?

Pablo Díaz: Primero aclaro que no me parecería mal serlo. Pienso que la izquierda mundial en general, y particularmente la cubana, ha asumido una especie de superioridad moral otorgada no sé por quién. Beneficiaría a la sociedad cubana recuperar, en un futuro, un equilibrio izquierda-derecha; una derecha culta y con propuestas nacionales. No debe demonizarse eso. Hay que invitar, a la discusión pública cubana, a todos los cubanos de pensamiento de derecha que han sido reprimidos.

Dicho esto, considero la discusión izquierda-derecha bastante arcaica hoy. En Cuba tiene más presencia que en el resto del mundo porque el escenario político es bastante arcaico. Básicamente, uno se posiciona en situaciones específicas. A veces, con posiciones más progresistas y otras, más conservadoras. Por la posición de DDC respecto al matrimonio homosexual y los derechos de esa comunidad, de las minorías; la permanente ocupación del sitio por el racismo, la equidad social, la deriva del capitalismo de Estado que vemos en Cuba, hay que estar muy errado sobre qué es izquierda y derecha para clasificar DDC así. En la Cuba castrista, se clasifica de acuerdo a la posición frente al castrismo. Si este es la izquierda, los miembros de DDC militaríamos orgullosos en la derecha.

HT: ¿Se preocuparía DDC del racismo y los derechos de la comunidad homosexual, si el gobierno cubano no hubiese fracasado en la eliminación del primero y reprimido a los homosexuales?

Pablo: El tema del racismo antecede al gobierno cubano. Es el gran tema de las luchas independentistas, la República y la Revolución. El castrismo ha apagado la discusión social en torno a él, lo ha manipulado.

HT: ¿No le reconoce ningún avance en el tema del racismo con respecto a gobiernos anteriores?

Pablo: ¿Hay que seguir evaluándolo en base a lo que hizo mejor o peor que regímenes anteriores a más de medio siglo de distancia; ese no es tiempo suficiente para evaluar un fenómeno político por sí mismo? La pregunta no es qué hizo o dejó de hacer el castrismo en 1959, sino qué hace hoy por erradicar el racismo en Cuba. De no enfocarlo así, corremos el riesgo de mantenernos hablando permanentemente de qué pasó o dejó de pasar cuando esos ancianos que hoy mal gobiernan nuestro país tomaron el poder.

Respecto a los derechos de los homosexuales, es un tema mundial. El castrismo reprimió a los homosexuales, pero en otros países donde no hubo políticas expresas de represión, los homosexuales carecieron de derechos durante mucho tiempo. No son temas anti castristas. Nos ocupamos de ellos porque no han sido solucionados en nuestra sociedad.

Pero el tema de izquierda y derecha en Cuba, también lo determina la posición frente al embargo, las alianzas políticas. ¿Quién es de izquierda, Fidel Castro que se alió con Videla, el dictador argentino, para ayudarse mutuamente en la ONU? Cuando te enfrentas a una dictadura como el castrismo, que ha arrasado el entramado civil y debilitado al país, volviéndolo dependiente de cualquier potencia extranjera, considero totalmente pueril discutir si se es de izquierda o derecha.

HT: Otro argumento contra la clasificación de DDC como medio de derecha sería que publica a pensadores de izquierda como Pedro Campos y Armando Chahuaceda. ¿Contradicción?¿No será una forma de aparentar pluralidad, evadir la etiqueta de medio de derecha?

Pablo Díaz: En DDC hay al menos cincuenta contenidos con enfoques clasificables como de izquierda. Recientemente publicamos un artículo de Enrique Herrero, de Cubanow, abogando por el levantamiento del embargo, un artículo completamente de izquierda. ¿Cuáles son los sitios de izquierda en Cuba? ¿El Granma? ¿Algún medio oficial cubano? Los Editoriales de DDC son la voz del medio. ¿Alguien puede clasificarlos de derecha?

HT: ¿Publicarían artículos a favor del gobierno cubano?

Pablo Díaz: No. Es una dictadura totalitaria que ha separado y asesinado a cubanos. Les ha impedido expresarse, organizarse, crear medios de prensa independientes. Tiene todos los medios y plataformas a su favor. ¿Por qué tendríamos que darle parte de nuestro mínimo espacio de medio exiliado?

HT: Ha dicho que una de las cosas que determina en Cuba ser de izquierda o derecha es el tema del bloqueo, que usted llama embargo. ¿Por qué? ¿Cuál es la posición de DDC al respecto?

Pablo: El término bloqueo es una de tantas manipulaciones semánticas castristas. Un bloqueo a una isla es físico, un embargo es otra cosa. Cuba puede comerciar con cualquier país del mundo, incluso ya con los EUA. La posición de DDC es que el más interesado en la discusión sobre el embargo es el gobierno cubano, para que no discutamos la esencia del castrismo. El problema cubano es primeramente entre cubanos. El castrismo ha sido muy hábil en venderlo como un problema entre Cuba y EUA. Considero al gobierno cubano copartícipe y responsable del embargo. Ha tenido cincuenta años para arreglarlo. Cuando embargó intereses de ciudadanos norteamericanos, sin indemnizarlos como establecen las leyes internacionales, eligió la confrontación.

¿Ya olvidamos la arrogancia de nuestros líderes políticos sobre el embargo, mientras existía el bloque comunista? El gobierno cubano no ha sido capaz de lograr un acuerdo con las sucesivas administraciones norteamericanas proclives a hacerlo. Ha manipulado las coyunturas políticas para que se mantenga. Fue evidente con la administración Carter, la Embajada del Perú, durante la administración Clinton; luego con el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Ahora con Alan Gross. Es un juego político para que la sociedad cubana no les exija su cuota de responsabilidad en este desastre.

HT: Usted vio el cambio en la RDA. ¿Qué tan lejos ve el cambio democrático en Cuba?

Pablo: Bastante. Debe ir más allá de eliminar el castrismo, tomará varias generaciones. Se requiere un cambio cultural, educacional, mental, aprender a respetar opiniones contrarias y discutir civilizadamente. La sociedad cubana está enferma, tras cincuenta años de totalitarismo. Alcanzar una democracia merecedora de ese nombre costará mucho. Cada día que los Castro permanezcan en el poder, dificulta y ralentiza más lograrla.

HT: Raúl Castro prometió abandonar el poder en el 2018 y no reelegirse.

Pablo: Llegado el momento, puede decir otra cosa. En un régimen totalitario, con toda la prensa controlada y la sociedad civil reprimida. No tengo por qué creerle una súbita voluntad democrática. Puede retirarse y colocar a uno de sus hombres de paja en la presidencia y conservar el poder. Un cambio presidencial no significa democracia. Esta además requiere libertad de expresión, de asociación, de prensa, que los políticos sirvan al pueblo.

HT: ¿En un contexto más democrático, cuáles serían los objetivos de DDC?

Pablo Díaz: Contribuir a afianzar la democracia, a la gobernabilidad y la reconstrucción social. Una de las labores de un medio de prensa es promover el debate cívico.

HT: ¿En ese contexto, contrataría DDC a periodistas que hayan servido a medios oficialistas cubanos?

Pablo Díaz: Lo importante es la calidad periodística. En DDC ya colaboran periodistas que trabajaron en medios oficiales cubanos. No me sentiría cómodo con periodistas que hayan ejercido la opinión política en medios totalitarios, pero profesionales que hayan creído en su trabajo sin contribuir, intencionalmente, a la represión, ¿por qué no? Otra cosa es que conserven los reflejos de hacer periodismo. En el norte de África, los periodistas oficialistas, tras ejercer durante años un periodismo amordazado, son incapaces de hacer otro tipo de periodismo.

HT: Los medios oficiales cubanos suelen cuestionar el financiamiento de proyectos alternativos. ¿Cómo obtiene el suyo DDC?

Pablo Díaz: Debería avergonzarles ese cuestionamiento, porque su gestión económica ha sido patética. En Cuba debe eliminarse la noción, inducida por el Castrismo, de que el dinero es malo. DDC cada vez obtiene más dinero de la publicidad, que cubre mensualmente la inversión. También obtenemos fondos de empresarios privados, cubanos o no, y fondos públicos de Estados Unidos, de España.

HT: ¿Admite recibir fondos de EUA?

Pablo Díaz: Son fondos públicos de concursos cuyos resultados se publican en la Web. No hay información oculta.

HT: ¿Quienes financian DDC no condicionan los enfoques ni lo que se escribe en el diario?

Pablo Díaz: Percibo un gran desconocimiento en Cuba, también en ti, sobre qué es el apoyo económico a un medio, y qué son su redacción y dirección, pero es lógico tras cincuenta años de totalitarismo. Para influir en un medio que recibe fondos públicos y privados de varios países, según ese discurso castrista, todas esas personas y organismos necesitarían tener los mismos intereses. Sería inaudito. El día que alguna de esas tantas y diversas fuentes intente imponernos condiciones no las aceptaríamos. Así funciona el mundo democrático. El gobierno cubano se nutre de fundaciones españolas, norteamericanas, etc., pero, infunde a la población cubana conceptos totalmente aberrados.

El tema de los intereses de los medios también debe tratarse sin complejos. Tenemos un interés. Nuestra agenda es ir a la yugular del castrismo.

HT: ¿Eso no lastra el ejercicio de un buen periodismo?

Pablo Díaz: El castrismo es falta de democracia, de libertades de prensa, expresión, asociación. El castrismo es una obscenidad.

HT: ¿Cómo explica que DDC no esté bloqueado en Cuba, a diferencia de Cubaencuentro y Cubanet?

Pablo Díaz: DDC es posterior a esos medios, uno de los cuales fundé y dirigí. Fue creado en un momento en que la batalla ideológica del castrismo ha decaído muchísimo. Mencionabas esta mañana que ellos han admitido que el futuro no será de equidad. Otra razón puede ser que los puntos de vista ofrecidos diariamente por DDC son mucho más complejos que los ofrecidos por esos medios. Hablan a la oposición, pero también a las distintas líneas de la dirigencia cubana. Pero en todo caso habría que preguntar a los censores. Tiene menos sentido hoy día censurar medios porque existen las redes sociales.

Diario de Cuba es hoy el sitio más leído sobre Cuba. En estos momentos, cuenta también con DDC-Radio que transmite semanalmente el programa Cubakústica FM.

HT: ¿A qué atribuye el éxito de DDC?

Pablo Díaz: Al trabajo sin descanso, durante cinco años, de todo el equipo y de los colaboradores, y al enfoque editorial.

HT: ¿Quisiera agregar algo?

Pablo Díaz: Habría que aclarar un poco más si se tratara de otro tipo de proyecto, pero un medio de prensa habla por sí solo. Invito a leerlo y reflexionar sobre las clasificaciones. No se puede hacer buen periodismo pensando si es de izquierda o derecha.

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