Cuba rumbo un vacío de poder

Conversando con el economista cubano Emilio Morales II

Casi nada para vender. Vendedora y una amiga. Foto: Juan Suárez

Por Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – Después de un buen tiempo desmenuzando la caprichosa anatomía de un engendro al estilo de Frankenstein, llamado empresa estatal socialista, cuya ineficacia determina la crisis de la economía cubana sin importar coyunturas, la conversación con Emilio Morales transita hacia la secular dependencia de Cuba con el exterior.

HT: Recuerdo esta frase suya: “Crearon un sistema económico totalmente incompatible con la economía internacional.” ¿Cómo valora la actitud del nuevo Gobierno al enfrentar los males crónicos encontrados un año atrás: 

EM:  Tanto el presidente como su ministro de Economía no han dado la talla, ni la van a dar. Es obvio que al PCC le resultará imposible llenar el vacío dejado por el dictador Fidel Castro y más tarde por su sucesor designado Raúl Castro. En cuanto al titular de Economía, es más un comisario político que un economista enfocado a sacar al país de la crisis.  Habiendo tantos buenos economistas en el país –a los cuales el Gobierno no parece escuchar – optaron por entregar las riendas de la economía a alguien que obviamente desconoce profundamente le leyes del mercado.

HT: ¿Argumentos?

EM: El tope de precios ordenado por el Estado no solo en el mercado dolarizado que este controla, sino también en el sector privado, es una medida que no solo lastra el desarrollo de la economía cubana, y el de su insipiente y cercado sector privado, sino que genera un escenario de incompatibilidad con los inversionistas extranjeros. Dicha medida constituye un impedimento más que se une a la lista de los ya existentes, para los cada vez menos interesados en invertir en la Isla. 

HT: Llegamos a un punto crucial en un país siempre dependiente del exterior: remesas, inversiones, ¿Qué no se debe hacer? ¿qué sí se debe hacer?

EM: Las remesas tienen un peso importante en la economía del país, constituyen la principal fuente de ingresos de los cubanos. Esa realidad no solo muestra el abismo que separa la prosperidad en la que viven los que envían y la miseria en que vive el que la recibe; va más allá de ese simple significado: muestra por un lado la oportunidad para la generación de riquezas producto del trabajo que encuentran los cubanos cuando emigran, con la contrastante realidad en la Isla, donde el sistema les impide generar riqueza y desarrollarse.

El mercado cubano tiene una alta necesidad de inversión, sin embargo, es inconcebible que en pleno siglo XXI los ciudadanos cubanos no puedan invertir en su propio país, ni puedan ser dueños de empresas con personalidad jurídica. Ese apartheid económico es el primer muro que hay que derrumbar. Cuando eso suceda las remesas se convertirán, entonces, en una fuente fundamental de capital para invertir, y no será solo en capital líquido, hay un enorme capital de recursos humanos cubano, altamente preparado, establecido en la diáspora, listo para ayudar en la reconstrucción del país.

El descanso.

HT: Hablando de dinero, no puede faltar una pregunta si de Cuba de trata: ¿podía intentarse ahora mismo la eliminación de la dualidad monetaria?

EM: Intentarlo ahora mismo sería otra metedura de pata, tanto o más descabellada que el aumento de salario sin respaldo productivo y el tope de precios en la actividad comercial que acaban de implementar.

HT: ¿Estamos en un círculo vicioso?

EM: Darle fin a la dualidad monetaria no es un simple proceso de unificación de las monedas, requiere voluntad política y un profundo cambio de mentalidad que permita realizar cambios estructurales profundos en la economía. Hasta ahora, el Gobierno no ha dado muestra alguna que vaya por ese camino, sino todo lo contrario.

HT: Necesitamos un Alejandro con su espada para cortar ese nudo gordiano, solo que vendrían decisiones impensables para los comisarios políticos manejadores del país

EM: Entre las medidas imprescindibles está la implementación de una ley que permita la libre empresa, eliminando las empresas estatales que no son rentables. Eso permitiría expandir el sector privado y ofrecer oportunidades a los trabajadores excedentes después de racionalizar las empresas estatales. Otra medida será legalizar el mercado informal para convertir este mercado en una gran red de pequeñas y medianas empresas capaz de sumar más de 3,000 millones de dólares, además de contribuir al fisco, generando capital.

Foto: Juan Suárez

HT: El marxismo de consignas y manuales sembró en Cuba la idea de que la economía decide la política y, salvando el dogma, no está lejos de la verdad. ¿Cuál es su valoración del recién designado presidente que la Asamblea Nacional ha vuelto a ratificar sin otra opción real?

EM: Díaz-Canel luce como un hombre sencillo, modesto, disciplinado, pero eso no basta para ser el líder de un país. Estamos ante la debacle de la economía nacional, prisionera de la centralización, el inmovilismo, la corrupción, la ineficiencia de la empresa estatal, la falta de liquidez, la dualidad monetaria, el cerco a los cuentapropistas, la caída de las exportaciones y el turismo, el crecimiento de la deuda externa, la disminución de inversión de capital extranjero y muchos males que harían una lista interminable; es imposible llegar al éxito apostando por la ‘continuidad’. Es fácil comprender que la fórmula continuista de Díaz-Canel se convierte en el camino más corto para llegar al vacío de poder.

Vicente Morín Aguado: Mardeleva287@gmail.com

 

 

 

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