Venezuela: la harina no está pa bollos

HAVANA TIMES — Esa es la frase de un anciano que viaja en el metro, vendiendo lápices marca Mongol, tres por 100 Bolívares, aprovecha que en la librería están a uno por 80 Bolívares. Y, bueno, la frase, del bollo y la harina…

Me bajo del metro y, junto a la Asamblea Nacional, un camión con bocinas, un toldo para firmar contra la Ley de Amnistía, varias personas alrededor y un hombre con micrófono gritando​, acusando de pervertidos a los diputados no oficialistas y asegurando que esta es una revolución pacífica, pero con armas.

Muy pacífica está la situación en la calle, donde la gente, cansada de que ni la policía ni la Guardia Nacional ni el gobierno, los defienda del ataque constante de la delincuencia, ha decidido tomar la justicia por su mano. Así está sucediendo desde el año pasado, pero cada día aumentan los videos pasados de mano en mano, donde abundan la sangre y los gritos, golpes también, por supuesto.

Generalmente es un atracador que no lleva armas y es acorralado por un grupo de personas que le golpean, patean, escupen y se vengan en él por tantos años de robo y asesinatos impunes por parte del hampa.

Pero no nos engañemos. La “justicia popular” no siempre es tan justa y, habitualmente, toma rumbos tan peligrosos como la falta de control sobre la delincuencia.

Al llegar a mi trabajo me conecto a Internet (por suerte hoy tenemos Internet, que cada día conectada va resultando un milagro de tanto que se ausenta la conexión) y me entero que, en El Valle, ocurrió otro asalto a una sede policial, donde murieron algunos agentes, otros resultaron heridos y escaparon, al menos, siete reclusos.

No quisiera ser policía en este país.

Nunca he logrado sentirme identificada con los policías, pero esta vez casi lo logran.

Hace un par de meses a un matrimonio que conocía le dieron una muerte horrible: los secuestraron, junto a sus hijas; al ver que el hombre había sido policía, lo asesinaron delante de las niñas. A la mujer también le dieron muerte. Luego los quemaron.

En el Táchira un par de policías son atropellados – con toda intención – por un par de sujetos estudiantes de una universidad, a bordo de un autobús.

Dos mujeres, viajando hacia otro estado, son violadas por los asaltantes de un autobús al descubrir que son policías.

Se dice que el Principal de una de las bandas mejor armadas de Caracas paga en dólares por cada policía o guardia nacional muerto.

Y hablando de bandas, al paso que vamos creo que son las próximas dirigentes del país, si es que ya no lo son.

Se conoce que muchos de esos grupos poseen mejor armamento que cualquier grupo policial.

En estos meses han aumentado los enfrentamientos entre ellas. En semana santa fue noticia la muerte de 10 personas en la zona de El Valle, todos miembros de una banda que se negó a unirse a otras dos – evidentemente más fuertes -. Junto a este sector está ubicado Fuerte Tiuna, el complejo militar más importante de Venezuela. Durante varias horas los vecinos sufrieron el terror del enfrentamiento entre estas dos bandas y ni un solo efectivo militar hizo presencia en el barrio.

Mientras tanto, me siento volver a aquellos hermosos años en Cuba, cuando se tuvo la inteligente idea de llevar la agricultura a la ciudad… o a la gente de la capital al campo… o ambas.

En medio de una siniestra sequía, a punto de un colapso de energía eléctrica por la ausencia de agua en el embalse del Guri, Maduro propone un Plan de Agricultura Urbana, con eso planea luchar contra el desabastecimiento de alimentos…

Ah, también comienzan a repartirse bolsas de comida en los barrios, previa anotación en una lista (ya pasaron con la misteriosa lista por mi casa) donde se deben entregar datos personales, laborales y afiliación política.

Las colas… triplicándose.

Espero tener electricidad en los próximos meses para poder seguir escribiendo.