Caridad
La idea de que su muerte sea solo una cuestión de aparatos médicos que se desconectan al silbido de una orden, recorre los periódicos de Venezuela, mientras una parte de Caracas se sumerge en un mar rojo, que baila, llora o grita consignas según lo que les dicte la emoción o los altoparlantes de las decenas de tribunas.
Así fue este jueves, muy similar a otras tantas mañanas y tardes de marchas, música, cervezas y globos de colores.
De vez en cuando una nueva exclamación ¡Viva Maduro!
Las pantallas en las tribunas, como siempre, mostrando las más bellas imágenes del proceso bolivariano, luego los discursos de varios presidentes que se llegaron en gesto de apoyo.
Salimos con una cámara de fotos y otra de video. En varios sitios nos asaltaron con la pregunta: ¿y ustedes para quién trabajan?, con la consecuente mirada de desconfianza, algo que me había ocurrido en alguna otra ocasión, pero con menos insistencia que este 10 de enero.
Pero el buen carácter de la mayoría de los venezolanos siempre sale a relucir y me hace olvidar cualquier contratiempo.
En el camino encontramos un mercadito con oferta de harina de maíz para las imprescindibles arepas de nuestra dieta (me sumo al gusto de los venezolanos). Hacía varias semanas que estaba “perdida” y no dejamos escapar la oportunidad.
Muchos comerciantes indispuestos con el gobierno andan escondiendo harina, azúcar y cualquier producto cuya ausencia ponga de mal humor a la gente.
Luego llegaron los aviones, potentes y súper rápidos, enormes y ruidosos, haciendo maromas entre las nubes del valle de Caracas. La algarabía fue general, puños al aire “para que aprendan”.
¿Entonces es la “oposición” quien debe “aprender”? La muestra aeróbica militar ¿fue para los enemigos del gobierno que por estos días no han parado de gritar sobre una supuesta ilegalidad referente a la toma de posesión del Presidente Hugo Chávez?
En todo caso no creo que una demostración de fuerzas militares sea el mejor modo de comunicarse con un enemigo, aún más si es de su misma nacionalidad…pero cada cuál conoce su trabajo.
Dicen los viejos que cuando alguien silva en medio de la oscuridad, es porque le acompaña el miedo.
Y no es que no existan motivos para esto, los golpes de estado son alimento diario por estas tierras, Venezuela los ha conocido y los opositores de este gobierno también los han practicado.
Salud para Chávez, para todos los enfermos, para la sociedad venezolana…y mucha salud espiritual para quienes, en lo adelante, tengan en sus manos el poder.
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