Oficio, familia y escuela en Cuba

Yenisel Rodríguez Pérez

“Un barbero siempre tiene dinero en el bolsillo,” así termina la carta que vino con las herramientas.

HAVANA TIMES, 9 feb — Mi padre es barbero. Hace unos días me envió sus herramientas para que siguiera sus pasos. Él sabe que no soy muy bueno con las simetrías, pero aún así me ha pedido que lo intente.

“Un barbero siempre tiene dinero en el bolsillo,” así termina la carta que vino con las herramientas.

Mi difunto abuelo paterno también fue barbero, y supongo que su padre también lo sería. De manera nada usual los hombres de mi familia paterna han construido una tradición profesional.

Cada uno de esos hombres ha trasmitido el oficio de barbero cuando han querido recuperar la relación padre-hijo.

No pienso que dicha manera de socialización familiar sea menos legítima que otras. De hecho, de este modo la tradición adquiere un valor afectivo especial. Es como si se entregara la flor más valiosa del jardín patriarcal. Una arma de autonomía económica

Mi padre y mi abuelo paterno se conocieron en plena calle. Mi papá era un adolescente y mi abuelo compensó sus años de ausencia regalándole herramientas de barbería.

Luego le enseñó a pelar. Varios años después mi padre y mi abuelo arriendan una barbería en Miami para trabajar juntos.

Mi abuelo ha muerto y ahora mi padre me propone, sutilmente, sustituirlo en el rol de hijo aprendiz. De esta forma quiere llenar algunas ausencias y olvidos para conmigo.

Por eso cuando acepté el reto descubrí que nacía en mi una nueva forma de amar a mi padre. Nunca pensé que las tradiciones familiares, los oficios y la vocación profesional pudieran articularse así.

Jamás me hubiera planteado la tarea de ser barbero si no fuera por los afectos familiares. Ninguna escuela de oficios me habría despertado amor hacia una profesión que estuviera descartada de mis planes inmediatos.

Este es otro argumento que explicaría el fracaso de las escuelas de oficios en Cuba: el desconocimiento de las tradiciones laborales familiares.

La vocación por los oficios es consustancial a los afectos familiares, no a la reeducación social y al deber productivista, como ha tratado de inculcarnos erróneamente el Ministerio de Educación por más de 50 años.

 

 

 

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Noticias

Llega a Cuba algo de leche en polvo donado desde España

La Asociación de Iniciativas Solidarias Alhucema en Sevilla, España también apoya con suministros médicos para…

  • Cancion del Dia
  • Noticias

Africando All Stars – Canción del día

Nuestra banda destacada de hoy es Africando All Stars con músicos de Africa y Nueva…

  • Foto del dia
  • Noticias

Una foto de mi madre en los años 30, Canadá – Foto del día

David Patrick Green tomó nuestra foto del día: "Mi madre disparando una flecha en los…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.