Veronica Fernandez

Calle principal de Cojimar. Foto: Caridad

Al lado de mi casa, en Cojimar,  reparto situado al este de la bahía de la Habana, vive uno de los delegados del Poder Popular.  Ellos son elegidos por el pueblo para preocuparse, ocuparse y tratar de resolver problemas o situaciones que se planteen en el área que atienden dentro de la comunidad.

Cada determinado tiempo, ellos realizan reuniones donde participa la población, denominadas Rendicion de Cuenta del delegado a sus electores. En precisamente en estos días en que se está desarrollando en Cuba este acontecimiento.

Mi reunión la acabo de tener.  En ella, las personas que generalmente hacían sus planteamientos relacionado con determinados problemas que acontecen en el barrio y a nivel de la sociedad, ya no están planteando nada.  Es asombroso para unos, pero para la mayoría y para mí, en especial, tampoco.

A principio, pensábamos que esta era la vía más efectiva para que las situaciones adversas y desfavorables podían tener una solución.  Yo era partidaria de que se pudieran canalizar muchos problemas y obtener resultados alentadores a través de esta opción democrática.  Ya tengo otra opinión.

El delegado no puede hacer más, solo recepciona y hace llegar hasta un determinado nivel los planteamientos de la población.  Ellos son los que se enfrentan directamente a las realidades del pueblo.  Por muy capaz, diligente y profesional que sean, no tienen en sus manos los recursos necesarios o mínimos para dar cumplimiento a que se resuelvan o mejoren las cosas.

Está limitado a transferir las problemáticas y a insistir con los superiores de una escala intermedia, en los temas que nos afectan cotidianamente, sin tener una salida explicativa en muchos de los casos y decir que eleva la situación y aun no le han dado respuesta.  Esta es la razón por la que ya mucha gente no quiere desgastarse diciendo lo mismo en cada reunión.

Mi delegado es una persona excelente, pero no se le permite hacer más.  El escucha a cuanta persona se le acerca y por mucho que quiera darle una respuesta, no está en sus manos la solución.  No está en sus manos el arreglar las calles de mi reparto que están destruidas.  No está en sus manos mejorar el transporte.  No esta en sus manos mantener la limpieza de las calles, por solo exponer unos pocos ejemplos.

Sabemos las limitaciones a causa del bloqueo  y de la crisis financiera a nivel mundial, pero también sabemos que existe mucha negligencia y que mucha gente se escuda tras esto para no trabajar, para desviar recursos, para causar grandes malestares a la población; para crear decepción, desaliento, inconformidades.

Es cierto que tenemos grandes problemas económicos, pero también es cierto que muchos problemas que se han podido resolver, no se han resuelto y no ha pasado nada y aun sigue sin pasar nada.  Y lo que es peor, ya se dan estas reuniones y la gente lo que quiere es que se acabe rápido porque ya no vale la pena decir o plantear nada.

En verdad, vuelve a mi mente el famoso concepto de la palabra Revolución: Cambiar lo que debe ser cambiado.  Y sigo pensando que no basta solo con cambiar, es que hay que lograr VER para después CAMBIAR.

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