¿Tus padres te pegan?

Rosa Martínez

Foto: Byron Motley

HAVANA TIMES, 10 feb — Durante la semana de receso docente que disfrutaron los niños para finales de año, fui testigo de una experiencia triste.

Mientras jugaba con mis hijos en las afueras del Parque recreativo 24 de Febrero, el que más gusta los infantes de mi ciudad, una joven madre, demasiado joven diría yo, golpeó a su hija que apenas tenía dos años.

Increíblemente la niña no lloró al principio, pero llamó la atención de varios que por ahí pasaban.

“Abusadora, tú eres quien mereces una golpiza- le espetó un hombre desde un vehículo que pasaba por la calle. “No la golpees, dale comida”, dijo otro. Oye, loca, deberías estar encerrada, sentenció una mujer, sin detenerse. Pero, mientras más ofendían a la madre, más golpes recibía la niña.

Cariñosamente me acerqué, y le pregunté a la niña: ¿Qué te pasa? No me hizo caso y siguió llorando.

La joven madre, aparentemente más calmada, me dijo con los ojos llorosos, “es insoportable, por eso no voy con ella a ningún lugar. Todo lo que ve lo quiere y si no se lo compras forma una perreta, patalea y hasta te golpea si no te pones dura”.

“Todavía es muy pequeña para comprender que no tienes dinero para comprarle todo lo que se le antoje. Debes tener paciencia, todos los niños son iguales”- le dije.

Como si hubiera ganado su confianza como por arte de magia, se desahogó conmigo.

“Estoy criando sola a mi niña” – me dijo- “no tengo apoyo ni de mis padres ni del de ella. Es muy difícil. Para colmo es llorona, impertinente, ya no sé qué voy hacer.”

Esta es solo una de las muchas historias de maltrato infantil que he visto últimamente que me obligaron a escribir sobre este tema tan real como vergonzoso.

Buscando la forma

Yo también me desespero con las mías, pero el golpe no las enseña, las pone peor, debes conversar con ella con mucho amor, le dije. Los niños son más inteligentes de lo que imaginas.

Si no somos capaces de proporcionarles opciones para que se distraigan, los pequeños pueden llegar a ser muy fastidiosos y causar serios problemas a los padres poco pacientes.

Para los que no comprenden

Este post va dirigido especialmente a esos padres que no comprenden a sus hijos, que por tener poca paciencia han perdido la cabeza alguna vez y han maltratado a sus infantes, arrepintiéndose después, cuando ya es demasiado tarde. Para ellos, estas reflexiones que espero ayuden.

¿Cuántas veces le has gritado a tu hijo porque te ha sacado de las casillas, lo has mirado de forma desafiante por lo rebelde que se muestra, o le has dado un par de nalgadas porque, según tú, no entiende de otra manera, y crees que no vale la pena dialogar?

Hace solo unas semanas llegué muy alterada a la casa y quien pagó los platos rotos fue la más pequeña de mi hijas, que traviesa como es, acabó complicándome aún más el día. La niña acabó recibiendo unas nalgadas por algo, que en otro momento me hubiera causado un poco de risa.

Los padres trabajamos incansablemente para tratar de complacer a nuestros pequeños. A  veces mantenemos más de un empleo para que no les falte el pan, el calzado, la ropa, hasta un lindo juguete, pero en ese empeño descuidamos con frecuencia lo que es más importante para ellos: el amor, la atención y el tiempo junto a ellos.

Los niños deben satisfacer sus necesidades elementales para crecer en un ambiente sano, pero necesitan mucho más del amor y la dedicación que en ocasiones le negamos en nuestro afán de una vida cada día más sofisticada.

Motivos sobran

A casi todos se nos ha ido la mano más de una vez a la hora de disciplinar a nuestros hijos. Por supuesto que no deberíamos perder el control nunca, pero no es lo mismo ser un maltratador.

La realidad demuestra que en la mayoría de los casos son los padres los culpables de la conducta de sus hijos, a fin de cuentas  nuestros niños son un reflejo de nuestros tiempos, de nuestro barrio, de la escuela y de la casa. Ellos no serán nunca diferentes a como somos o a como vivimos.

Según la psicóloga Mercedes Labañino, el maltrato infantil en Cuba es más común de lo que podamos imaginar, aunque no alcanza los niveles de otros países. “Esto es un fenómeno que se está incrementando en el mundo moderno y Cuba no está exenta de sus manifestaciones cada vez más frecuentes.

“Aunque en nuestro país se realizan grandes esfuerzos para proteger los niños y sus derechos, el maltrato infantil se ha convertido en uno de los principales problemas que enfrenta hoy nuestra sociedad, dentro de la creciente violencia de todo tipo que se evidencia en los diferentes barrios cubanos, marginales o no”, agregó.

Según varios especialistas la violencia afecta a los niños desde que nacen porque vivimos en una cultura de violencia que nos afecta desde pequeños y después la reflejamos en la adultez. Es una especie de cadena, que no tiene cuando acabar.

Maltratar no es solo pegar

Muchos padres creen erróneamente que solo maltratan a sus hijos cuando le pegan. Pero existen otras manifestaciones de maltrato que pueden ser comunes en nuestras prácticas de crianza como son el chantaje, la ridiculización, la amenaza, la intimidación, el control y la excesiva autoridad, tan dañinas o más que un piñazo.

En el caso de Cuba se evidenció un aumento de la violencia en sentido general durante la década de los 90 y los niños no fueron la excepción, ellos también sufrieron las consecuencias de una economía decadente por causa de la caída del campo socialista.

No podríamos mencionar la cantidad de casos de violencia infantil reportados, porque en nuestro país no se controlan esas estadísticas, pero los especialistas sí mencionan el carácter creciente de los abusos por parte de padres y tutores, lo que proporciona una idea general de la dimensión del problema.

El las escuelas los niños también sufren diferentes tipos de violencia, aunque el sector educacional es cada vez más intransigente con estos casos. Los maestros y profesores son víctimas también de una sociedad llena de insatisfacciones económicas y sociales, por lo que llegan alterados a las aulas y arremeten, en ocasiones, contra los niños.

Según María Esther Núñez, maestra de una escuela primaria en el centro de la ciudad, muchos maestros de ese nivel de enseñanza están acostumbrados a maltratar a sus pupilos, pero cuando son denunciados son expulsados de la escuela o del sistema educacional definitivamente. La dirección de educación en esta provincia es intransigente en ese sentido, “quien maltrate a un niño, no merece estar frente a un aula”.

Aunque la realidad de nuestros pequeños es bien diferente a la de otros países latinos donde la prostitución y la drogadicción afecta niños entre los 8 y 10 años, debemos seguir combatiendo, desde nuestro lugar, el derecho que tienen los niños a vivir en un mundo sin violencia.

 

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