Desamor a primera vista

Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Hay personas que no te agradan desde el primer momento en que las ves, es como desamor a primera vista. No importa si lo que hacen o dicen es bueno o malo, están a favor o en contra tuya, la cuestión es que no te simpatizan sin más ni más.

Eso sentí por una bloguera cubana, de puño fino, desde que la conocí. No importaba si decía medias verdades, si mencionada en sus blogs asuntos de los que pocos nos atrevemos a hablar, o sí decía cosas con las que estaba completamente en desacuerdo.

El quid es que ella no me simpatizó desde la primera vez que un amigo español me envió a través del correo algunas de sus entradas, cuando su blog estaba bloqueado en Cuba.

Uno de los primeros escritos de su autoría, que tuve oportunidad de leer, estaba relacionado con la libertad de expresión en la Isla. Concordaba con lo que decía la habanera, pero aún así sentía que algo en ella no encajaba bien.

Como muchos, pensé que Yoanni Sánchez era un agente de la seguridad, pero no estaba segura si cubana o estadounidense. Mágicamente ella se la ha ingeniado para caminar en el filo de la navaja, pero finalmente no llega a cortarse.

Ha contado en varias ocasiones haber sido golpeada y agredida, pero nunca ha podido presentar pruebas de esto. No me sorprendería que después de la vuelta que dará por el mundo, en más de 80 días, salga otra serie de Razones de Cuba en las que ella sea el agente 07.

Conversando con seguidores y detractores de la bloguera cubana más reconocida mundialmente intenté encontrar una explicación a mi aversión.

“Eso es falta de valor político, me dijo un amigo informático, no estamos acostumbrados a que los cubanos digan las cosas que ella dice, que escriban sin miedo sobre los temas de los que ella escribe, mucho menos que hablen mal de nuestro gobierno, aunque lo que se diga sea verdad”.

“Es que eres defensora del socialismo, y como la mayoría de ellos sigues ciega, no ves los millones de dificultades que tenemos, no quieres aceptar que ella solo dice lo que piensa, y no hay nada malo en eso”, dijo otro de sus simpatizantes dentro de mi círculo social.

Alina, alguien a quien tampoco le agrada, me dijo: “es muy sencillo, nadie que quiera su país le puede gustar que lo critiquen de la forma que ella lo hace. Hay quien critica porque quiere que la situación en que vive el pueblo mejore, que se resuelvan los problemas, pero ella no, sus críticas son como puñales en el corazón de Cuba, lo que hace no lo hace por amor, sino por odio, y disfruta con cada herida que propina”.

Yoani Sanchez from her blog Generation Y.

“Lo que odias no es que diga muchas verdades, sino que diga tantas mentiras, que invente golpizas que nunca existieron, que en su afán de hablar mal del gobierno cubano se invente historias innecesarias, que ataque su país mientras no dice nada del que lleva 50 años tratando de exterminarnos”, dijo alguien más.

También escuché que lo que yo sentía era envidia del reconocimiento que ella ha ganado mundialmente, del impacto de su blog personal y los cientos de miles de dólares que ha conseguido con sus premios.

En los argumentos de mis amigos no encontré la razón que buscaba. En realidad no me importaba si Yoani era una mentirosa más en las redes sociales, si estaba en contra del gobierno, o si era una simple cubana contando sus historias reales, de esas que hieren mucho, pero curan.

Defiendo el derecho de todos a contar sus vivencias, a decir lo que piensan, a defender la sociedad que desean, a criticar lo que consideran erróneo. Yo tengo ese derecho, tú lo tienes, ella también.

Necesité poco tiempo para conocer su accionar y di con las razones de mi antipatía, la propia escritora se encargó de mostrarme lo que desde un inicio buscaba en vano.

Lo que me molesta de Yoanni es su eterna relación con el norte, el mismo que tanto daño nos ha hecho y sigue haciéndonos.

Ella puede escribir todo lo que quiera, nos guste a unos cuantos cubanos a no. Ella puede decir que no hay libertad de expresión en Cuba, pues es cierto, en todo el planeta ocurre lo mismo.

Puede decir que no existía libertad de viaje en Cuba, eso también es verdad; ahora la tenemos y seguimos sin poder viajar por falta de dinero y de visas, que cada vez serán más difíciles de conseguir.

Puede decir, además, que hay corrupción en los altos mandos del país, sabemos que no es mentira, el propio presidente cubano ha llamado a combatirla con mano dura. Ella puede escribir y hablar de estas y muchas otras verdaderas que nos duele reconocer, pero no podemos esconder, yo la aplaudo por eso.

Lo que no entenderé nunca es que junto con estas verdades alegue que el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a nuestro país es solo una justificación de las malas prácticas de nuestros dirigentes, cuando no hay nadie en Cuba que no haya sufrido por sus efectos, y asimismo que los Cinco Héroes son espías terroristas que merecen las condenas que le han sido impuestas.

Tampoco entiendo que se reúna con los más radicales grupos de ultraderecha de Miami, los mismo que han financiando y preparado ataques terroristas e invasiones contra nuestro país. Por eso y otras razones es que, por más que concuerde con algunas de las peticiones de Yoanni, no podré estar de acuerdo con ella nunca.

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