Rock, Rap, Reggae, tres conexiones diferentes

Regina Cano

Generalmente con los actos presentes olvidamos algunos pasados, cambiando nuestra memoria y referencia colectiva de lo que ahora somos.  Por esto muchos cubanos, que a veces  tratamos de tirar la caña de pescar hacia atrás, decimos que “el cubano tiene mala memoria” o que “si no fuera así nos volveríamos locos.”  Definitivamente un gran arte del cerebro humano.

Esto sucede con tres acontecimientos culturales que se realizaban en la Capital y que las circunstancias han cambiado:

– “El Patio de María,” Casa Comunitaria del Vedado, que reservaba su espacio solo para el rock.

– El “Festival del Rap” en Alamar, que producía “GrupoUno” de ocurrencia anual y que se estaba convirtiendo en internacional.

– Y el “Festival de Reggae” (como algunos lo llamaban) que se realizaba todos los años en el teátrico Mariana Grajales, entre el Cerro y Centro Habana.

Estos eventos marcaban parte de una diversidad necesaria; tendencias minoritarias entre tanta música salsa, pop y más tarde Reggaetón.

En “El Patio…,” desde finales de los 80s, los jóvenes se reunían  para escuchar y bailar rock todos los fines de semana. Un pequeño  lugar, que se consideró por mucho “Underground,” donde hasta conciertos se daban con “Covers” y todo.

Un día con el surgimiento de la “Operación Coraza” (Llevado a cabo por la policía, para la detención de la droga en Cuba.) apareció el pretexto para cerrarla.  Hasta que las idas y venidas de opiniones restablecieron un nuevo lugar para el rock en el actual “Maxim Rock,” antiguo cine.  Así también regresó el Festival “Caimán Rock” y se creó una Agencia de Rock.

En el caso del Festival del Rap que surgió en el 1995, fue el primer Evento que hizo visible el fenómeno en Cuba y se realizó en Alamar durante 6 años e hizo conocer el intento de tantos grupos pioneros que se convirtieron en experimentados, madurando en exigencias temáticas y musicales.

Llegado 2001, sucedió lo que algunos llamamos un “Golpe de Estado,” 3 raperos y uno de los organizadores, decidieron tomar el mando de manos de su creador Rodolfo Rensolis, y ampararse en una Institución para lograrlo. Estas personas integraron la Agencia de Rap en sus inicios y redujeron el Festival a una serie de actividades que dejaron al Rap en lo que condicionó su estado actual.

En cuanto al llamado Festival de Reggae y los Rastafaris.  Ocurría un encuentro anual, al cual asistían los verdaderos cultivadores del género de todo el país y también sus verdaderos seguidores en gran mayoría, incluida una comunidad -que decían eran de Cienfuegos- que producían su propia vestimenta y calzado.  Un buen día y sin saber cómo, se suspendió la realización de estos Encuentros sin una palabra más.

Los Grupos que tocan Reggae siguen por ahí, pero uno no escucha algo sobre posibles conciertos o presentaciones.  Puede que el Clandestinaje los esté acogiendo ahora mismo.

La Agencia de Rock más fiel a los seguidores de este género lo mantiene consecuentemente. La Agencia de Rap sostiene a unos pocos grupos dentro de sus filas, con muy poca promoción sobre el género.  (Los dos son actualmente subordinados al Ministerio de Cultura)

En este nivel de referencias, el Reggae, que no ha tenido quien lo defienda sigue siendo la Oveja Negra.