“Brujeria” para mantener un trabajo

Regina Cano

En el centro de trabajo de una amiga se ha develado una ola de polvos*, los que aparecen esparcidos por los pasillos y áreas colectivas del lugar.

Esto inflige temor a los creyentes en las religiones afrocubanas y a otros los hace cuidar su andar, pues se piensa que al pisarlos las consecuencias pueden ser peores y que por si acaso es mejor prevenir.

Supuestamente este es el indicativo de que algunos trabajadores avezados en la práctica de ciertas creencias, buscan asistencia de sus santos para librarse de ser desempleados a causa del Perfeccionamiento Empresarial que se aplica ahora en la estructura estatal laboral.

Mientras la dirección administrativa examina como solucionar este estado de cosas, que enrarece el ambiente en el lugar, parte de sus trabajadores –pertenecientes a una población mayoritariamente religiosa- toman precauciones buscando amparo en sus mediadores con el mundo ancestral, universal y mítico.

En ese lugar una buena parte de los empleados son profesionales del nivel superior de enseñanza, y la afectación que sufrirá el Centro en cuestión a causa del Perfeccionamiento va a ser mínima; sin embargo, el hecho indica desesperación e incertidumbre, pues nadie quiere ser afectado.

Lo cual se entiende y cabe preguntarse qué estará sucediendo por la misma causa en otros lugares donde la incidencia de los despidos será de mayor impacto.

El presente va siendo uno de los momentos que pudiera convertirse en muy crítico -por implicar a todos los ciudadanos cubanos residentes en el país- y le impone a los sacerdotes y pastores, según sea la religión, un trabajo arduo, pues tendrán sus locaciones llenas y a los santos muy ocupados.

Espero por nuestro bien que haya una vía que encauce esto de buena manera, y proteja a la familia cubana del desamparo que algunos temen, pues la necesidad de conseguir un trabajo será terreno propicio para aceptar cualquier propuesta.

Nota: Polvos o “polvazo” (interpretación de vox populi): termino que identifica a una práctica de “brujería” que supuestamente limpia el camino de quien lo esparce con el fin de lograr cierto objetivo y de paso entorpece el camino de otro.