Nayib Bukele opinando sobre Cuba

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Nayib Bukele es el presidente de El Salvador, un líder joven, carismático, que ha sabido manejar muy bien su márquetin político y cuenta con un logro indiscutible: la reducción considerable de la criminalidad en un país otrora violento, aunque eso haya ocurrido mediante un estado de excepción que le ha permitido hacer y deshacer violando derechos humanos fundamentales, incluso de personas inocentes.

Mirando unos videos en You Tube encontré unas declaraciones suyas que datan de hace varios años, cuando todavía no era el presidente, trasmitidas hace un mes por un canal oficialista cubano, que se denomina “Cuba no es Miami”.

Activé el video y el sujeto comienza opinando sobre Fidel Castro y dice que como este nace uno en cada siglo, que ha dejado, además, una huella profunda en la historia.

A continuación, alaba el modelo cubano, expresa que posee un excelente sistema de salud, que él ha estado en Cuba varias veces de vacaciones y ha podido constatar que los servicios médicos son de primera calidad porque incluso ciudadanos estadounidenses viajan a Cuba a atenderse, que quisiera un sistema de salud pública como el cubano, que es todo lo contrario a su país donde la gente hace colas para atenderse en hospitales que se caen a pedazos y tampoco hay medicinas.

Prosigue para señalar que Cuba es el único país donde no se observa a niños durmiendo en la calle, que no existen analfabetos y que contamos con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, contrastando una vez más con otros países donde se están cayendo las escuelas.

También opina que en Cuba se puede caminar por cualquier lugar a las 2:00 de la madrugada sin riesgos, un país muy seguro según su juicio.

Al final matiza un poco al decir que hay cosas que no se deben tomar de nuestro país pero que es un ejemplo de muchas otras.

Bukele pareció olvidar que esa dictadura a la que tanto elogió, mediante una descarada injerencia en los asuntos internos de El Salvador, es responsable, en buena medida, de la muerte de miles de salvadoreños durante los años de guerra civil que ese país sufrió, al ofrecer asesoramiento, entrenamiento y apoyo logístico a la guerrilla marxista del FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional) hoy convertida en partido político, del que por cierto, él era militante.

Bukele mintió o no tenía la menor idea sobre el sistema de salud cubano, donde ciertamente desde mucho antes de ese tiempo muchas de sus instalaciones se encuentran en mal estado, la asistencia médica es de pésima calidad por falta de materiales e insumos, la gente hace largas colas para ser atendido y los medicamentos escasean.

Todo eso mientras un millonario como él puede vacacionar en Cuba y atenderse en centros de salud destinados solo a extranjeros, en los cuales, como es obvio, no se carece de nada y se cumplen estándares de atención médica comparados al primer mundo.

Entonces Bukele no sabía o pretendía desconocer la triste realidad de que la inmensa mayoría de los niños cubanos viven en condiciones precarias y rara vez disfrutan de una golosina.

También desconocía o no sé si todavía desconoce que algunos piden limosna, que además, existe prostitución infantil.

Existen suficientes pruebas de lo anterior que cualquier investigador imparcial podría comprobar.

Este personaje igual pareció ignorar que el sistema cubano está marcado por una educación ideologizada y adoctrinadora y que si logras graduarte del más alto nivel solo serás un profesional cuyos ingresos te ubiquen bajo el índice de pobreza.

¿Y qué sabía o sabe Nayid Bukele de la situación de seguridad ciudadana en Cuba? ¿Acaso ha vivido aquí, en este país donde el número de atracos y homicidios ha aumentado cada año según noticias de medios independientes? Índices de criminalidad de los que por cierto, el régimen nunca ofrece datos.

Sería positivo conocer qué es lo que el señor Bukele piensa actualmente sobre la realidad cubana, y si todavía suscribe esas tristes declaraciones.

Pero al menos yo no esperaría honestidad de un sujeto que aprovechándose del respaldo actual de la mayoría de salvadoreños, se ha dedicado a destruir gradualmente la institucionalidad democrática en su país.

No se puede confiar en un aspirante a dictador.

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