Cinco acciones para incrementar la producción y ganancia del tabaco

Por Osmel Ramirez

Casa para curar el tabaco.

HAVANA TIMES – Este 29 de mayo se celebró en Cuba el día del trabajador del tabaco, de los tabaqueros y tabacaleros. Al menos aquí en Mayarí se distingue entre tabaquero y tabacalero. El primero es el torcedor de tabacos o puros; el segundo es el productor de las plantaciones, que recolecta y cura las hojas de la solanácea.

Coincide con el día del nacimiento de Lázaro Peña, quien fue, entre otros oficios, tabaquero; y dirigió el sindicato de este ramo, desde donde sobresalió hasta ocupar cargos sindicales a nivel nacional e internacional.

Nuestro país tiene suelos virtuosos para su cultivo y una gran tradición, que lo sitúa con gran aceptación en el mercado. Nuestra historia ineludiblemente vinculada al tabaco. Desde los aborígenes, que lo cosechaban y fumaban, hasta los actuales habanos, famosos por su calidad y glamour.

Nuestro país domina el mercado fuera de los EUA, pero precisamente ese país donde no tenemos situado nuestro producto es el mayor mercado, al menos del puro más caro: el tabaco Premium. Países como República Dominicana se han visto favorecidos en su expansión gracias al embargo. Sin muchos gastos de propaganda ‘el habano’ es casi tan famoso como la Coca Cola, y ha sido su calidad asociada a las virtudes de esta tierra para su cultivo, su mayor estrategia de marketing.

Vivo en una localidad tabacalera por excelencia. Es el principal cultivo en la cooperativa, que es de Crédito y Servicios, lo que significa que los campesinos son individuales, cada cual dueño de su parcela. Es un cultivo intensivo, de ciclo corto y que requiere, mucha atención y especialización.

No en todos lados el tabaco se da con calidad, ni siquiera aquí en el municipio. Solo en las márgenes de los ríos y arroyos, pero especialmente en el valle del río Mayarí. Estas vegas del valle son de las mejores de Cuba. Me atrevo a decir que emulan a las mejores vegas de Vueltabajo, pero reconozco que allá son mejores vegueros.

Es una estrategia nacional crecer en el cultivo del tabaco y en efecto se ha incrementado mucho. Pero podría crecerse más todavía, no solo en cantidad de plantas sino en eficiencia y calidad, con lo mismo sembrado. Tal vez para un directivo lo más importante sea sobrecumplir el número de plantas, pero más aún debería ser la calidad y el rendimiento.

Muy pocos lo saben, pero a la planta de tabaco se le pueden hacer varios cortes y generalmente solo se hace uno; ni que los créditos llegan a veces cuando está acabando la campaña; o que los fertilizantes y plaguicidas se hallan en los almacenes y las cooperativas no tienen logística para buscarlos o simplemente son ineficaces, mientras que el campesino no tiene facultades para hacerlo.

Por otro lado, los métodos más novedosos y factibles están escritos en los manuales pero no se emplean por falta de visualización y confianza; hay campesinos con métodos de trabajo muy exitosos al lado de otros que desconocen en gran medida cual es la mejor práctica; y en gran medida con el manejo de los precios por clase y calidad actual, no se estimula adecuadamente la productividad máxima.

Por eso, desde mi humilde experiencia y mi visión como periodista ciudadano y productor de tabaco, me atrevo a recomendar cinco puntos o acciones que podrían ayudar a incrementar la producción y las ganancias (en al menos un 25%) en el negocio del tabaco, con igual área sembrada. Tanto para la empresa como para los productores.

  1. Que la empresa de tabaco preste el servicio de situar en las cooperativas el fertilizante y plaguicidas, y luego estas solo se encarguen de venderlo a cada productor asociado.
  2. Que los créditos se aprueben antes del 31 de agosto, fecha límite para comenzar la preparación de tierra, so pena de sanciones ineludibles a los funcionarios bancarios, y que sea un proceso más sencillo acceder al dinero.
  3. Elevar el precio máximo del tabaco para el consumo nacional (‘sol palo’) a 3 mil pesos por quintal y el mínimo a mil pesos, en dependencia de la calidad.
  4. Elevar el precio de la capadura, (hojas de tabaco que se obtienen de las recolecciones sucesivas en la planta), entre 750 pesos y 2 mil pesos, en dependencia de la calidad.
  5. Hacer acciones de ‘extensión agrícola’, realizando días de campo donde los productores puedan ver en el terreno los beneficios de nuevas técnicas agroecológicas, nuevas variedades o las experiencias de trabajo de los cosecheros más exitosos.

Creo fehacientemente que con estas medidas sencillas y poco costosas se podría marcar la diferencia y la producción se elevaría, principalmente en lo referente al tabaco que lleva menos inversión pero genera también grandes dividendos. Hoy el país produce poco más de 30 mil toneladas de tabaco y con iguales recursos se podría sobrepasar las 35 mil toneladas. Aunque el potencial que tenemos es realmente muy superior.

 

 

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