Alguien me espía

Nonardo Perea

HAVANA TIMES — El título de este post podría parecer el de una película hollywoodense, pero está muy alejado de serlo.

Resulta que días atrás pasé una mala noche y desperté más temprano de lo habitual; mis dos perras se habían pasado buena parte de la madrugada ladrando, y eso me desveló.

Por lo general donde vivo, todo el que trabaja sale sobre las seis de la mañana y el que no, está recogido en su casa hasta las ocho y media o nueve de la mañana. Eran las siete en punto.

A través de mi ventana inclinada vi en la entrada del portón que da a mi vecindario a un hombre que aparentaba unos treinta y tantos años, me llamó mucho la atención que llevaba una cámara de hacer fotos, muy pequeñita, con movimientos muy rápidos y precisos hizo varias fotografías, tomando como blanco mi casa. Por un instante me entró un pánico terrible que me hizo salir disparado de la ventana, las perras seguían ladrando, y las hice callar. Cuando volví a asomarme, ya el tipo no estaba.

La situación me hizo recordar  algo por lo que pasé en el 2016, en el mes de septiembre, cuando fui invitado por El Club de Escritores de Cuba y el  proyecto vista -Puente de Letras, a leer en el II Festival Vista del Arte y la Literatura Independiente de La Habana.

Cuando llegué al sitio, antes de subir al apartamento decidí esperar a una colega que igualmente había sido invitada; en el momento en que estoy esperando, llegaron dos hombres vestidos de civil, y comenzaron a hacer fotografías de la casa donde se efectuaría la actividad; ellos sin tener idea de quién yo era hicieron fotos con cierta discreción.

Pero luego en el evento nos explicaron que eso era normal que lo hicieran, incluso, otra amiga me aseguró en tono jocoso que a mi casa ya de seguro le habían hecho fotografías.

Nunca creí que podría ser observado por alguien. Ahora me preocupa saber qué podrán estar tramando. Desde ese día me siento inseguro, y con un poco de miedo, porque sé que cualquier cosa puede ser posible, cuando alguien te espía.