Los reyes magos ¿ilusión y fantasía?

Miguel Arias Sánchez

HAVANA TIMES – Ya está aquí el famoso día de los reyes magos, conocido en gran parte del mundo.

En Cuba también se celebraba ese día. Aunque aquello era una fantasía, no caben dudas que también era algo muy bonito que vivían los niños.

Yo pasé muchos 6 de eneros de aquella época ya lejana, y para mí era algo deslumbrante, hermoso, bello. Recuerdo cómo cuando ya comenzaba el mes de diciembre y con este los preparativos para las fiestas navideñas, se vivía un ambiente cargado de alegría y sueños.

En las casas se comenzaba a preparar para poner el arbolito de navidad con todos los adornos que lleva: bolas, guirnaldas, etc. Todos queríamos terminar rápido para verlo encendido, sobre todo de noche. El 24 de diciembre la familia se reunía para cenar y compartir el júbilo de aquellos momentos, se recorría las casas de la familia y en cada encuentro se veían escenas de cariño, felicidad y amor.

Después llegaba el día 25, día de pascuas, también lleno de fiesta. El 31 de diciembre todos esperábamos el año con las 12 uvas, las cidras y vinos, eso daba un toque de esperanza; las personas pedían para el nuevo año que amenazaba, mucha salud y después prosperidad y cosas buenas.

Así nos envolvían días de celebraciones hasta que llegaba el 6 de enero a cerrar las festividades, un día esperado y deseado por todos los niños. Hay que ubicarse en aquella época donde la niñez era realmente más sana, creía en la existencia de aquellos tres reyes que venían en horas de la madrugada a traerle regalos y golosinas, si se habían portado bien. Entre esos niños estaba yo.

Nunca olvido que una vez, días antes de esos reyes magos estaba yo jugando con un amiguito, lleno de inocencia. El niño me dijo: ¿tú no sabes que los reyes magos son los padres? Y yo respondí: sí, son los padres, pero no pensando en mi mamá y mi papá, sino creyendo que los reyes magos eran los padres de todos los niños del mundo y por eso les llevaban regalos, dulces y juguetes; y seguí con esa fantasía no sé cuántos años más.

Muchas personas creen que eso no era bueno, que era un engaño, que si los padres eran pobres y no podían comprarle nada era porque se habían portado mal. De acuerdo, pero los padres hacían un gran esfuerzo y siempre amanecía algo en la cama o en el arbolito. Mis padres eran pobres y cada 6 de enero nosotros -cuatro muchachos-, recibíamos regalos y caramelos.

Hoy en Cuba es difícil celebrar esta tradición. Los precios han subido, los regalos ya no son los mismos, pues ahora la mayoría son artículos de lujo y tecnología avanzada, que cuestan bastante. Las tiendas ofrecen muchos juguetes “bonitos”, pero poco útiles. Y los padres tienen un salario que no alcanza ni para la mitad del mes, así que para comprar regalos mucho menos.

Aún así, la gente acumula días antes lo poco o lo mucho que pueden comprar para sus hijos. Gaspar, Melchor y Baltasar siguen animando a los padres para que ese día proporcionen a sus hijos momentos inolvidables. ¿Creerán los niños de hoy en esos reyes magos? ¿Sabrán del sacrificio de sus padres para obtener esos regalos?