Alfredo Fernández Rodríguez
Marlen, que se llama Pedro, suele vociferar a modo de vade retro el nombre Mariela Castro a los policías en la Quinta Avenida cubana.
Así, aminora en algo las machistas represalias que cada noche se arrojan a los que como él o ella, según la hora, están dispuestos a no abandonar su otra moral. Amén de los contratiempos que puedan sucederse en el espacio hipermachista cubano.
Él, o ella, antes estuvo tres horas frente a un espejo, tratando de encontrarse con un maquillaje donde se le reconozca como una apetecible chica.
-Fue a comienzos de los noventas cuando comencé a ser Marlen. -Me dijo Pedro-.
-”Alfredo, la policía te podía maltratar por gusto, te digo que por puro gusto, y si te le revirabas te acusaban de atentado,” me dijo la Marlen, para continuar, “Ahora también pasa, aunque ha disminuido desde que la divina Mariela nos protege.”
– “Oye niño, resulta que la hija de Raúl (actual Presidente del país) nos tiene devoción. La cuestión es que para nosotras todo ha mejorado, incluso, tenemos una playita [Mi Cayito] en Guanabo “-Me confesó Pedro.
Yo, Alfredo Fernández, desde mi derecho a opinar, le critico al gremio GAY cubano que luego de reconocer el peso específico de su defensora, (hija del actual Presidente de La República, Raúl Castro Ruz) se permita trabajar con ella.
En el último desfile “del orgullo GAY en Londres,” la “benefactora de los homoxesuales cubanos” en un arranque autoritario, tomó palabra por sus defendidos y declaró: “… por ahora no habrá desfiles de este tipo en Cuba, puesto que nuestro socialismo pretende ser original, y de ahí, que también lo sean nuestras concepciones en lo referente a la autodeterminación….”
Lo anterior no puede producirme sino espanto, ya que La Habana repleta de GAYs ansiosos por contonear sus caderas en la céntrica calle 23, en un esperado “desfile GAY habanero.”
Tengo necesariamente que preguntarme: ¿Qué Hubiera ocurrido con el movimiento antirracista norteamericano de los sesentas de haber sido liderado por un blanco? ¿Hubiera podido un hombre no negro pronunciar el fantástico “I have a dream”?
Exactamente esto le sucede al gremio GAY cubano, ha cedido su posibilidad de determinar a una mujer tan heterosexual como poderosa la cual escoge previamente las mejorías con que premiará a sus defendidos.
Hasta que el socialismo no apruebe su gran asignatura pendiente: el respecto a la autodeterminación, dígase personal o grupal, le será imposible la creación de la nueva cultura que siempre ha pretendido.
Los GAY cubanos de hoy, detrás de las migajas de tolerancia que hacia ellos desprende Mariela Castro Espín, (también directora del CENEXES, Centro Nacional para Educación Sexual) ven demorarse su acceso a derechos de peso para su admisión social.
Pienso que el homosexual cubano tiene que tomar sus propias decisiones más temprano que tarde, representándose por un similar de la comunidad, en mi opinión, única persona capacitada para hablar por ellos y ellas.
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