Una nueva visión de la escuela

Kabir Vega Castellanos

HAVANA TIMES — Desde hace cinco días tengo una nueva rutina, levantarme a las cinco de la mañana e ir a mi nueva escuela.

Como el transporte en Alamar no es precisamente una maravilla, para llegar temprano estoy obligado a caminar tres paradas hasta la primera y coger el P-11 hasta casi la última. Luego otra caminata y estoy en mi escuela donde de lunes a viernes recibo clases en un curso intensivo de Inglés.

Este lugar de veras me ha asombrado, cada día regreso contento con lo que aprendí. En mi viejo preuniversitario teníamos tiempo para dormir o causar disturbios, era una penuria, iba a la escuela como se va a un castigo, aquí hay un interés sincero en los alumnos por aprender.

Apenas hay tiempo para conocernos entre nosotros. Es solo aprendiendo y ampliando poco a poco nuestro vocabulario en este idioma que se habla en 51 países y es tan valorado en el ámbito comercial.

No tengo que copiar como un escribano de la Edad Media, tampoco duplicar carteles que salen en el televisor y no me aportan nada. Sólo tomo nota de lo que tengo duda o considero importante. Nuestro profesor, un poco estricto, hace las clases realmente especiales, dinámicas, y muy motivadoras.

Es la primera vez en mi vida que disfruto tanto de ir a la escuela, me siento algo raro ya que soy el estudiante más joven pero eso no me impide deleitarla al máximo.

Recuerdo que desde la primaria hasta el pre-universitario se imparte la asignatura de Inglés, pero en este curso, en sólo una semana he aprendido más de lo que enseñan todas las escuelas por las que he pasado.