Un popular chileno circula en Cuba

German

Kabir Vega Castellanos

HAVANA TIMES — Desde hace unas semanas, es ritual en mi casa ver como entretenimiento “Hola Soy Germán”.

Se trata de un joven chileno que sube videos todas las semanas a internet. Como es lógico nos llega con mucho retraso, y se circula de PC a PC. El programa llamó positivamente mi atención desde un principio por su originalidad.

El show de Germán en sí es bastante sencillo, consiste en filmarse él mismo en su habitación hablando acerca de un tema diferente cada vez, por supuesto de manera humorística. Ahora, lo más sorprendente es el nivel de dinamismo en una compleja edición donde cada cinco palabras aparece en una posición distinta a la anterior.

Si hace una historia con más de un personaje, los interpreta a todos y con la velocidad de la edición, pareciera que hay diez Germanes. Con un mínimo de recursos y mucha creatividad, hace un pequeño espectáculo que logra interesar a pesar del ritmo acelerado del audiovisual moderno y el riesgo de la competencia en un medio tan masivo.

Lo que más me agrada de “Hola, soy Germán, es su diferencia con “WDF” (“What da Faq”, es decir What the Fuck pero mal como si se estuviera leyendo en español).

Odio sinceramente ese programa, ya que básicamente consiste en hacer reír burlándose y hasta humillando a cada individuo que aparece en los shows. Para mi desconcierto, a todos mis amigos les encantaba WDF, y era lo único que promovían.

Luego de ver a Germán, me di cuenta que no todos los shows populares, para ganar fama, tienen que arruinar a alguien. Si Germán quiere criticar o burlarse de algo, el chiste es a costa de su persona. Él representa todos los defectos o actitudes que comenta, no viola la privacidad de nadie con imágenes ajenas, no se autopromueve mofándose de otros.

Quizás estoy tocando zonas sensibles, debido a que nunca he accedido a Facebook u otras redes sociales, pero hablo desde mi percepción en Cuba. ¿Por qué hay tanta gente degradando a otros en un espacio tan público como internet?

Germán demuestra que es posible ganar simpatía y una gran popularidad junto con el buen prestigio y el respeto, sin necesidad de hacer sentir mal a nadie.

Antes del auge de la tecnología, una humillación se quedaba entre el agresor y la víctima, y si acaso entre los testigos casuales, los comentarios circulaban limitados, distorsionados, y se extinguían rápido.

Una desventaja del internet, es que si eres humillado de alguna manera y te filmaron en el acto, el terrible incidente pasa a la red y medio mundo puede verte, arruinando tu autoestima. He leído que se han subido hasta violaciones reales a internet y esto ha provocado suicidios.

No de los violadores desgraciadamente, sino de las víctimas.

No estoy diciendo que no debería existir internet, ni quiero que piensen que me mueve la envidia por estar en Cuba y carecer de ésta, hay una tendencia a malinterpretarme.

En realidad de lo que hablo es de la degeneración masiva que se promueve, de que en vez de predicarse: “Ama al prójimo”, la máxima parece ser que para tener éxito la fórmula es humillar y desgraciarle la vida al prójimo.

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