El problema de ser Youtuber

Kabir Vega Castellanos

HAVANA TIMES – Ya he hablado de los YouTubers en más de un post, sin embargo, hoy quiero dialogar de otro aspecto de ese fenómeno.

Hace más de cinco años en Cuba Offline conocí a Mox y su programa “What Da FaqShoW”, y a Germán con su creativa serie Hola soy Germán. Luego de mucho tiempo de seguirlos y verlos evolucionar conocí a Vegetta 777, quien desde un principio me resultó fascinante.

Germán solía ser mi favorito, pues era el que más risas había  sacado a mí y a mi familia. Hoy, por el contrario, se me hace imposible compartir sus videos con algún conocido.

Su página actual Juega Germán, aparte de abandonar toda la complejidad y originalidad que antes plasmaba con perfectas ediciones, también desechó el respeto por la inteligencia. Ahora aborda cualquier tema, no importa si es obsceno, grotesco o “estúpido”  incluso. La meta ya no es crear un buen producto, sino producir a montón, aunque se comprometa la calidad.

Lo mismo sucede con Vegetta, cuyos gameplays solían durar una hora y destacaba todo el empeño que ponía cuando jugaba. Hoy por hoy, a excepción de los videos realizados en vivo, parece que solo asecha la oportunidad de cortar la grabación. Series de su canal que eran muy emotivas por la cantidad de ocurrencias, actualmente, sin haber realizado nada relevante en la partida, las da por concluidas.

Para mi sorpresa, Mox, el que menos me simpatizaba, es el único que ha mantenido su estilo. Su show consiste en criticar videos que sus seguidores le comparten, usando el chiste y la burla. Puede que sus realizaciones sean más sencillas, pero al menos no ha perdido la espontaneidad y gracia, que era su sello distintivo.

Tengo claro que Youtube es un sitio de entretenimiento muy fugaz, por lo que mantenerse en el ritmo con videos complejos es muy difícil. Si se opta por la cantidad, la calidad siempre saldrá perdiendo. Además de que el ritmo del capitalismo es tan violento que obliga a producir productos precoces.

Sin embargo, en el caso de los Youtubers, la degradación de su trabajo es la de ellos mismos, la de su propia persona. Aunque logren mantener el día a día online y así la atención de los cibernautas, pasarán a la historia los que se arriesgaron por la calidad.