Mi hijo esconde la música que escucha

Irina Pino

HAVANA TIMES — Tengo un amigo que es fan a la música del siglo XX, el otro día me regaló un cd del duo Wham!, que fue por la década de los 80´s muy popular, y me percaté que aquella música comercial y pegadiza, era hasta cierto punto agradable, y no hacía ningún daño disfrutarla.

También sus videos, frescos e inocentes, eran en cierto modo encantadores, sobre todo por la imagen y la voz de George Michael, con su mirada pícara, su melena rubia y sus movimientos voluptuosos al bailar.

Desde pequeño mi hijo solía compartir mis gustos musicales, los Beatles eran casi como la plegaria de cada día, Mozart, Bach, Chopin, Vangelis, la Nueva trova cubana, las famosas baladas en inglés, temas de películas, y hasta el ritmo sensual de la música brasileña…, todo se acomodaba a sus oídos.

Pero todo esto cambió cuando comenzó en noveno grado; ya no quería ser parte de aquella página musical, primero dejó de ir conmigo a los sitios habituales que solíamos visitar: museos, cines, teatros, caminar por la parte vieja de la ciudad, bañarnos juntos en la costa…; el futbol, los videojuegos, pasaron a ser sus prioridades, y más tarde las fiestas, las reuniones con sus amigos, y por último noté que escuchaba música en solitario con su mp4.

En la pc encontré una misteriosa carpeta de música, y cuando la abrí por curiosidad, me percaté que el reggaetón me lo había robado. Al preguntarle si él oía ese tipo de “música”, me contestó con un no rotundo, aunque más tarde descubrí que mentía, pues siempre que dejaba el pequeño aparato sobre la cama con los audífonos, podía alcanzar a oír la horrible mezcla de frases y de sonido virulento, que me provocaba una sensación desagradable por el contenido de las letras que predominan.

Se han escrito muchos artículos que critican duramente a esta música, y al mismo tiempo hay quienes la defienden como algo bueno, sin embargo la mayoría de estas canciones están hechas para inducir los no sentimientos, o sea, para sacar lo peor de la gente, sobre todo para denigrar a la mujer y situarla como hembra-objeto sexual, echando abajo toda la imagen que la mujer con su inteligencia y talento posee, colocándose al nivel del hombre en todas las profesiones.

Solo hay que escuchar detenidamente, para juzgar y taparse los oídos.