La Hoja de la Caleta: un filme para los padres

Irina Pino

HAVANA TIMES – Una nueva película cubana, La Hoja de la Caleta, se estrena por estos días en los cines capitalinos. Dirigida por el binomio de Jorge Campanería y Mirta González, ambos directores televisivos, nos traen la historia de un niño que vive en un pueblo de pescadores en Santa Cruz del Sur. La madre lo ha abandonado y su padre está a un paso de volverse un alcohólico…

Los hogares disfuncionales se han puesto de moda en el cine cubano actual, recordemos los filmes Conducta y Esteban, con temáticas  que giran alrededor  del mundo infantil, como la crisis económica, las adicciones, la migración, y el daño sicológico de que son víctimas los más pequeños.

En esta producción hay otra geografía, alejada de la marginalidad y los barrios pobres de la periferia de La Habana. Aquí el aire del mar nos refresca, se respira un ambiente natural, que descansa en una fotografía de contrastes entre el día, el atardecer y la noche, cual estados de ánimo de los protagonistas. Está secundada por una hermosísima banda sonora a cargo del trovador Kelvis Ochoa, quien nos trasmite con sus canciones las tristezas y soledades de los personajes.

Todos los actores: Yohandis Aballe, Yoandra Suárez, Lianet Pacheco, Irela Bravo, Manuel Porto, Reinier Hernández, y el niño Carlos Denis Fernández, tienen desempeños loables.
Los 78 minutos de duración transcurren sin apenas sentirlos; el guión escrito por Pável A. Barrios hace funcionar un melodrama conmovedor, sin melosidad, gracias a la sencillez de sus diálogos.

Aunque no es perfecta, es bueno carezca de didactismos.  La cotidianidad no lastra sino que fluye y arma las escenas con elipsis fundamentadas. Aunque quizás en una escena clave, se note un corte muy abrupto.

Se perciben secretos entre los padres de Beto (el chico protagonista), hechos que ocurrieron en el  pasado, que no se dicen, pero que cualquiera puede imaginar, cuando la convivencia entre una pareja se vuelve un infierno.

Una peculiaridad: el rompimiento de los arquetipos, los personajes poseen matices: el padre alcohólico y machista es amoroso y, de alguna manera, contribuye a la formación de su hijo para la vida, enseñándole a realizar labores como cocinar o lavar; la madre que se fue en una lancha, también lo ama y desea un futuro mejor para él.

Otra vez la migración fragmenta a la familia, y pone a un niño en la dicotomía de elegir entre sus progenitores.

Bienvenido este largometraje que va dirigido a la familia, y en especial a los padres.